Hace tiempo compré un paquete de hojaldre. Siempre ando pensando recetas que necesitan y nunca tengo, así que decidí tener uno para cuando viniera la inspiración.
Como en el mejor guión, fue aparecer el hojaldre en mi congelador y desaparecer las ideas de mi cabeza. Al final, el otro día se me antojaron unas empanadillas y no tenía nada mejor que el hojaldre, así que procedí a usarlo.
Pensé en hacer las típicas de tomate, huevo y atún, pero me parecían un poco sosainas y preferí darles un toquecito diferente. ¿El resultado? unas empanadillas que estaban incluso mejor al día siguiente :)
El material usado:
- Aro emplatador o algo que pueda cortar en círculo
- Rodillo
- Freidora
- Rallador
- Un recipiente
- Papel de hornear
- Cazuela
Los ingredientes:
- Tomates (en mi caso, los ya clásicos cherry cebra que se me empezaban a poner malos)
- Un pimiento verde
- Una lata de atún
- Un huevo
- Una plancha de hojaldre
- Parmesano
El proceso:
Lo primero que hice fue poner a descongelar el hojaldre. Con mucho cuidadito, en una superficie lisa (concretamente encima de papel de hornear) y lo dejé allí tranquilamente.
Mientras, fui haciendo una "salsa" de tomate: tomate, pimiento y atún troceados y sofritos, aunque tampoco demasiado tiempo porque quería que quedara crujiente.
A esa mezcla le añadí un buen parmesano recién rallado y lo fui mezclando.
Al mismo tiempo, mientras todo esto iba ocurriendo, puse a hacer un huevo duro o cocido. Diez o quince minutitos, pasar por agua fría, pelar, trocear y mezclar con lo anterior.
Y ya sólo quedaba lo más divertido: extender el hojaldre con el rodillo, cortarlo, rellenarlo y cerrarlo. Hay que decir que a la hora de rellenarlo es importante no excederse, ya que tiene que quedar margen suficiente para poder sellar la empanadilla. Un error muy frecuente es echar mucho y que luego la empanadilla se abra durante la fritura causando unos salpicones épicos :)
Normalmente las empanadillas se cierran con huevo y tenedor y luego se untan en huevo para que queden más relucientes pero yo, que soy más chulo que un ocho, las cerré a mano apretando y me quedé tan tranquilo (siempre fui muy bueno en plastilina y arcilla :D).
Sobre el relleno decir que debe quedar lo más "seco" posible para que no ocurran catástrofes al freir.
Y sobre el aceite, que debe estar lo más caliente posible para que el hojaldre no chupe y luego quede realmente cargante y asqueroso.
Por supuesto cuando saqueis las empanadillas del aceite, dejadlas escurrir de alguna manera, ya sea sobre una rejilla o sobre papel de cocina :)
La finalización:
Estamos una vez más ante una de esas recetas que no admite presentación. Esta es una de poner a granel e intentar comer lo más rápido posible antes de que los demás se coman las del plato :P
Consejos y apuntes finales del chef:
Con las cantidades "más o menos" especificadas me dio para nueve empanadillas y me sobró relleno.
Al día siguiente y frías estaban mucho más ricas.
Los pimientos crujientes (casi crudos) le daba un toque espectacular a cada mordisco.
El parmesano, a parte de hacer de pegamento, le da un sabor diferente y muy rico... aunque también las hace un poco más pesadas :)
QUE BUENISIMO!!!!
ResponderEliminarYo hace días tengo antojo de empanadas y esta deliciosa receta no hace más que incrementarlo ;-)
ResponderEliminarBesitos,
Vero