lunes, 11 de febrero de 2013

Historia de dos cuchillos y una pésima estrategia comercial


Un cuchillo es una de esas herramientas fundamentales en la cocina que debe ser elegida con todo el mimo y el cariño del mundo. Para mí es una herramienta importante, muy importante, casi tanto como una buena sartén o un buen ingrediente. La mitad del tiempo que me paso en la cocina lo dedico a trocear, lonchear o pasar por el cuchillo todos los alimentos que posteriormente cocinaré.

Cuando compro un cuchillo miro que sea cómodo, asequible, útil y finalmente bonito. Hoy os voy a contar la historia de dos cuchillos, de dos compañías y mi experiencia con ellos. Puede que a muchos os parezca una tontería el hecho de comprar un cuchillo, pero para mí es casi como algo sagrado. Un cuchillo al final es una extensión de mi cuerpo, algo que se funde conmigo y que si no funciona, lo estropea todo.