domingo, 17 de junio de 2012

Recetas sanas: Piperrada con salmón


El otro día trasteando en Facebook, apareció una foto de Diano's Cook de una piperrada con huevo y morcilla.

Hace tiempo compré un porrón de pimientos que cayeron en el olvido en uno de los cajones del frigorífico. Hoy he abierto ese cajón e inmediatamente se me ha antojado una piperrada con salmón.

La piperrada es, "como su propio nombre indica", un amasijo de pimientos cocinados. Luego se le pueden añadir cosas como cebolla, zanahoria, tomate, patata, huevo... lo que quieras mientras lleve pimientos a ser posible rojo y verde.

Nosotros hemos optado por una versión bastante cercana a lo tradicional y aprovechando restos y más restos... hemos hecho esta receta ;)



El material usado:


- Cazuela
- Sartén



Los ingredientes:


- Pimientos verdes
- Pimientos rojos
- Cebolla
- Patata
- Huevo
- Salmón
- Caldo de langostinos



El proceso:


Antes de empezar, diré que el caldo de langostinos lo hemos aprovechado de la receta de los tagliatelle de calabacín con salsa de langostinos. Si no teneis disponible, es opcional, pero le dará un toque especial a la receta que recomendamos.

He de reconocer que desconozco el proceso exacto de la piperrada, así que he hecho un apaño como buenamente he podido.

Lo primero ha sido cortar los pimientos, cebolla y patata en cachos más o menos grandes. La idea es que aguanten bien el calor y no se quemen. He echado todo en una sartén con un chorretón de aceite, un poquito de sal para facilitar el proceso de sudado y lo he dejado muuuuuuuucho rato a fuego suave. Así, en lugar de freirse, se ha cocido en aceite.

Cuando las verduras están de tono "apagado" y bastante blandurrias, las podemos sacar fuera y llevarlas a un recipiente temporal. El caldo que haya quedado lo mezclaremos con el de langostinos y lo reduciremos un buen rato más. Si vemos que la mezcla no espesa, podemos optar por añadir un poco de agua fría con harina.

En esa misma sartén, previo lavado, pondremos muy poquito aceite y, en frío, pondremos el huevo cascado dentro. Le daremos fuerza al fuego y veremos cómo se va haciendo poco a poco. Cuando esté hecho, lo sacamos y lo reservamos.

Ya sólo nos queda el salmón. A mí personalmente me gusta tostadito por fuera y jugosón por dentro, aunque sin llegar a estar crudo del todo. Esto ya va a gustos personales, así que os cuento cómo lo he hecho yo.

Básicamente he usado un poquito del aceite sobrante del huevo, he puesto el fuego al máximo y he echado el salmón cuando estaba humeando la sartén. De esta manera sellaremos el pescado y no se escaparán los jugos.

Cuando la base ya estaba tostada, he ido volteando los cachos sobre sí mismos, repitiendo la misma operación sobre los cuatro costados del salmón. Tampoco hay que dejarlo demasiado, ya que se pasaría y quedaría demasiado seco y gomoso. Así pues, un término medio :)

Y ya está, la receta se ha acabado en un pis pas y sin demasiado dolor ni complicación. ¿Montamos?



La finalización:


Para el montaje hemos rellenado la base del plato del caldo de piperrada y langostinos. Una capa fina lo suficiente como para que acompañe, pero sin bañar ni desbordar.

En un extremo hemos puesto una generosa cama de piperrada sobre la cual hemos apoyado el huevo frito.

Finalmente, la pieza grande de salmón irá debajo de la pequeña, haciendo un poco de arquitectura y rellenando el hueco del plato que queda libre.

Con esto tenemos un buen plato finiquitado. ¿Quereis adornarlo? Picad un poco de cebollino y "espolvoreadlo" sobre todo el plato. Le dará un toque especial y mucha más vistosidad...

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