La receta de hoy no puede ser ya más sana, simple, rica y rápida. Es perfecta para un día de "oh cielos, se me olvidó que tenía que comer" o que tengas visitas.
La versión original que os presentamos aquí es la más rápida y sencilla, aunque luego siempre puedes darle un millón de vueltas para enriquecerla aún más.
El material usado:
- Cazuela
- Pelapatatas
- Colador
- Batidora y su vaso
Los ingredientes:
- Calabacín
- Cáscaras de langostinos
- Especias múltiples y variadas
- Pimienta negra
- Perejil
El proceso:
Para que os hagais una idea, la parte más complicada de la receta es hacer las tiras de calabacín. Tan simple como coger el pelapatatas, quitar la primera capa de piel (que tiraremos) y empezar a sacar tiras hasta que se llegue a la parte central, que reservaremos.
El caldo de langostinos es también bastante sencillo y lo único que requiere es un poquito de atención. Como somos unos cocinillas, es posible que tengamos guardadas de otras ocasiones un montón de cáscaras de langostinos, así que vamos a utilizarlas.
En la versión más simple, pondremos agua, las cáscaras, un par de mix de especias y dejaremos hervir y reducir. En versiones más complejas y recomendables, usaremos alcohol (vino blanco, sidra o cerveza rubia, por ejemplo), restos de verduras (cebolla, puerro, ajo, lo que se os ocurra) e incluso espinas y pieles de otros pescados. El caso es enriquecerlo y hacerlo nosotros mismos, intentando prescindir de los cubitos prefabricados.
Cuando veamos que ya empieza a escasear el líquido del caldo, lo colaremos a un recipiente y tiraremos ya las cáscaras. Ese caldo lo pondremos otra vez a hervir y ahí mismo tiraremos las tiras de calabacín. Alimento que, por cierto, se puede comer crudo, así que lo echaremos durante un par de minutos de hervor y lo sacaremos a escurrir.
El caldo dejaremos que siga concentrándose ya bien limpio, y añadiremos parte del calabacín que teníamos reservado. Una parte para cocinar, la otra en crudo para adornar y comer.
Aquí tenemos dos opciones: tostar previamente ese calabacín que vamos a agregar o echarlo directamente. La primera opción le da mejor color y un sabor peculiar, la segunda no.
Dejaremos que reduzca hasta que espese un poquito más y pasaremos la mezcla por la batidora. No vamos a usar harina, ni pan rallado, ni xantana, ni gelatina... sólo usaremos el propio calabacín para hacer de espesante. Podría usarse también un poco de patata. Recordad que la idea es hacer una receta lo más sana posible, así que evitaremos meterle cosas adicionales que pueden sustituirse por componentes del mismo plato.
Y ya está. Aproximadamente habréis tardado unos veinte minutos en preparar este plato. También podríais añadirle un salmón o merluza a la plancha y desmenuzado, para acabar de completar el plato. Si poneis unos langostinos también, pues un lujo.
La finalización:
El poco calabacín que nos ha quedado, lo pondremos vertical en el centro del plato. Alrededor colocaremos los "tagliatelle" de calabacín y rellenaremos el plato con la salsa de langostinos.
Finalmente espolvorearemos perejil y pimienta negra para darle un toque espectacular. Quizás penseis que este plato en original es un poco pobre o tristón. Bueno, está más bien pensado como un entrante y no como un plato principal. Si quereis hacerlo más contundente ya sabeis: pescado, langostinos y un espolvoreado de algas ;)
Ah, y que no se os olvide un poco de pan casero o tostado para untar ese caldo rico rico...
muy apañada y aparente :)
ResponderEliminarMuchas gracias, ésa es precisamente la intención: hacer mucho con muy poco ;)
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