Una de esas cosas que gustan a los niños y con la que siempre aciertas es la pasta. Puedes ponérsela con tomate, con queso, chorizo e incluso colarle verduras sin que se note demasiado.
Mi versión favorita de pasta es la que lleva una costra encima de queso. Y si ese queso es mezcla de quesos y no precisamente de bolsa... mucho mejor :)
Hoy nos atrevemos con una pasta con queso, bacon y chorizo bastante interesante y que te llevará a la infancia de nuevo. ¿Te apuntas a este viaje?
El material usado:
- Recipiente
- Cazuela
- Grill
- Microplane o rallador fino
Los ingredientes:
- Macarrones
- Orégano
- Pimienta negra molida
- Queso Grana Padano
- Queso Parmesano
- Chorizo
- Bacon ahumado
El proceso:
Lo primero que hay que decir es sobre las cantidades a echar de pasta por persona. Siendo pasta seca, la ración normal se supone que está en los 70 gramos. A mí, como deportista de élite, se me queda bastante corta así que suelo echar la barbaridad de 80 gramos o incluso 100 si tengo bastante hambre. Todo sea dicho, yo sólo como un plato, nunca primero y segundo.
Dicho esto, procederemos a sacar el chorizo y el bacon y cortarlos. ¿Cómo? Con un cuchillo :)
Bien, tonterías a parte, el bacon laminado lo cortaremos en trozos cuadrados. Es decir, mismo ancho que el alto de la tira. Unos 3 o 4 cm de cada lado :)
El chorizo lo cortaremos en lonchas de medio centímetro aproximadamente. Luego cada loncha la cortaremos en cuatro partes. La idea es que se tueste por fuera y quede blandito por dentro.
Los ponemos en una sartén a fuego medio sin aceite. Ya tienen suficiente grasa cada uno de ellos como para añadirle más. En un ratito lo sacamos y lo reservamos bien escurrido. Toda esa grasilla que quede en la sartén o cacerola no lo tiramos sino que lo usamos para cocer los macarrones.
Seguiremos las instrucciones del fabricante de la pasta, aunque yo soy un aventurero y sigo aplicando el método de probar para saber cuándo está en su punto.
Mientras tanto, habremos ido rallando los quesos. En mi frigorífico siempre hay una cuña de Parmesano y Grana Padano porque me parecen fantásticos para cocinar. Además al estar en cuña puedo optar entre rallarlo fino, medio o simplemente cortar tacos o escamas. Hoy vamos a rallar y escamar :)
Para rallar, tan simple como coger el microplane o un rallador y darle vida al asunto. La cantidad ya es cuestión de cada uno. Aproximadamente unas tres o cuatro cucharadas soperas de queso rallado es lo que he acabado echando (entre los dos quesos, por cada plato).
Para hacer las escamas, hay que intentar cortar lonchas finísimas y salen solas. Las reservaremos para hacer un "espolvoreado" más grosero al final.
El queso rallado lo echaremos en un recipiente junto con el chorizo, el bacon, la pimienta negra y el orégano. Las cantidades de todos ellos, nuevamente... a gusto del consumidor. Los macarrones, aún calientes y escurridos (no pareis la cocción en el grifo) los mezclaremos con el queso. Esto hará que se derrita y forme una fina capa de queso alrededor de los macarrones, haciéndolos más cremosos.
Sólo nos queda pasar la mezcla a un plato, coger las escamas de los dos quesos y desmenuzarlas ligeramente con los dedos.
Si tenemos un grill en el microondas como es mi caso, lo pondremos directamente unos 10 minutos más o menos. Hay que irlo vigilando, así que lo fui poniendo 3 en 3 minutos por si acaso :)
Si tenemos un grill en el horno, lo precalentamos un ratito y metemos el plato en la parte superior durante unos 5 minutos más o menos. Depende del horno, de la altitud, de cómo se haya levantado el día de nublado... así que lo mejor es vigilarlo de cerca para que no se queme el queso.
Ojo al sacar el plato tanto en uno como en otro... os podeis quedar pegados al mismo y tener que hacer una visita de urgencia al hospital con quemaduras graves. Trapo, guante o similar y a la mesa avisando a los comensales.
La finalización:
Tal y como os dije en el post de los tallarines de morcilla con salsa de aguacate, me gustan los platos de pasta bien llenos. Aunque en aquella ocasión no estaba precisamente lleno, en esta sí. Y la verdad, presentación no hace falta ninguna porque es un plato con entidad propia.
Tanto si lo haces en una bandeja como en platos individuales, lo único de lo que debes preocuparte es de que el queso crujiente (o al menos duro) quede en la parte de arriba. Todo lo demás... sobra ;)
Eso sí, como último apunte, si quereis ya bordar este plato, unos tomatitos cherry al horno o escaldados, enteros, que queden blanditos... puf puf puf :D
Se ven riquísimos.
ResponderEliminarNo se allá, pero acá esos paquetes de macarroni & cheese son un asco. Siempre mejor hechos en casa.
Saludos,
Vero
Yo sólo conozco los caseros y precisamente esos son los que he intentado replicar.
EliminarSiempre he sido muy de "mejor en casa que en otro sitio", pero a veces hay que dejarse seducir por los profesionales.
El problema es que algo tan bueno como unos macarrones con queso se considera comida basura y por eso no se les pone demasiado cariño.
Una lástima, sin duda...