miércoles, 22 de agosto de 2012

Cervezas: Mandril


Análisis previo:


Hoy estamos ante, quizás, una de las últimas catas de cerveza que hagamos en este blog. El precio de la cerveza "diferente" es una de las múltiples razones, incluido que realmente este blog nació para la cocina y no para la cerveza.

Así pues, he decidido intentar reservar unas buenas cervezas para el final. La de hoy es muy especial, porque es artesanal, diferente y bastante exclusiva. Eh, y además lleva un animalito divertido en la etiqueta. ¿Qué más se puede pedir? Pues, efectivamente: que esté buena... y realmente lo está :)

Estamos ante una cerveza hecha especialmente para un bar. Este bar se llama OH! Mandril y se sitúa a escasos metros de Cilantro Gastrobar (que a partir de ahora, si es que sigue abierto, ya no estará capitaneado por el gran Pepe Gorines), en la calle General Álvarez de Castro número 21.

No os vamos a engañar: no es una cervecería de esas que puedes encontrar cien mil cervezas y que acaban agobiándote tanto por precio como por cantidad e imposibilidad de tomártelas todas. Estamos ante un bar con una carta de cervezas ajustada, barata y selecta. En cualquier caso, lo que más nos ha gustado es, sin duda, su cerveza especial.

Un día pasamos por casualidad delante de ese bar. Estaba cerrado, investigamos y vimos que tenían una carta más que aceptable de cervezas. Después de múltiples intentonas, lo encontramos abierto, entramos y nos fijamos que en la barra había una cerveza con una etiqueta en la cual salía el nombre "Mandril" y un mandril vestido de traje, muy señorial.

Nos preguntamos si sería una cerveza de cachondeo o si realmente existía, así que después de una Kwak y una Kasteelbier no pudimos resistir la tentación y preguntamos. Nos dijeron que era una cerveza artesanal hecha por un maestro cervecero español (ahora mismo no recuerdo si valenciano o catalán) y que estaba muy rica.

Investigando un poco la marca Mandril Beer, hemos encontrado la receta de la cerveza. En cualquier caso, empecemos por donde hay que empezar...



La cata:


Nada más abrir la cerveza nos encontramos un olor salvaje a lúpulo. Algo similar a las Milana (más concretamente la Milana bonita) y a la VG Nostrum (que tuvimos el inmenso placer de probar en la Feria de cervezas del mundo de Bodega Santa Cecilia. Esto es, un olor entre dulzón, herbal, floral... no sé, una locura cercana a una IPA bien equilibrada.

Vertemos la cerveza y nos encontramos que la Mandril es una rubia (premium pale ale) ambarina turbia y, tal y como dice su etiqueta, con sedimentos. Nos volvemos super osados y echamos hasta la última gota de sedimento, cerveza y lo que haya dentro.

La espuma que genera es blanca, densa, de burbuja cerrada y no demasiado alta, aunque desaparece bastante rápido. Seguimos oliendo y esto, de verdad, es un lujo.

No perdemos el tiempo y metemos el hocico de mapache en la copa. Un sabor amargo, una burbuja pequeñita y picante, un retrogusto incluso más amargo pero al tiempo equilibrado por un toque herbal, un toque dulzón y maltoso... lo mismo que en la cata olfativa, lo cual es de agradecer.

Según la página del fabricante, los lúpulos utilizados son Styrian Golding de Eslovenia y Amarillo de Estados Unidos. Sobre la fermentación, levaduras inglesas antes y después de embotellar. Ni se filtra ni se pasteuriza, así que lo que nos llega es un producto completamente natural.

En la página recomiendan no servir el poso para no modificar el gusto. Nosotros el primer día que la probamos no lo servimos. Hicimos una microcata y luego ya sí que echamos los restos. ¿Diferencia? La verdad que no mucha, así que mejor echarlos que si hay levadura, será bueno para tu organismo.

Sobre la sensación alcohólica, la verdad es que es bastante flojita. 5'4º que no se suben ni te pegan cabezón. Bueno, algo sí que se sube, pero en boca nunca tendrás la sensación de estar bebiéndote el bote de alcohol del botiquín :)

Poco más queda decir sobre esta cerveza salvo cinco cosas:
- La primera, que sólo se vende en formato 33cl.
- La segunda, que es una de esas cervezas que odias o adoras. Yo, concretamente, la adoro.
- La tercera, hiper importante, el precio. 2'30 euros en la web. En el OH! Mandril, algo más, pero en general, un lujo.
- La cuarta, un poco escatológica. Esta es de esas cervezas que cuando te repiten, te da gustirrinín. ¿Por qué? Porque te vuelve todo el aroma de los lúpulos. Uhm...
- La quinta, y última, que esta cerveza nos regala 45 IBUs de amargor.


En fin, que os recomendamos encarecidamente probar esta cerveza como sea. Si os apetece, podeis llamarnos o escribirnos o contactarnos como más os guste y os acompañaremos encantados porque esta es de esas cervezas que puedes repetir y repetir y repetir y repetir y repetir y repetir y repetir... o no xD

1 comentario:

  1. Impresionante cata, me ha gustado mucho. Voy a dedicarme a cotillear vuestras otras catas cerveceras... que sed me ha entrado

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