Como bien sabeis, soy un gran aficionado a la comida asiática. No hace mucho, me compré un libro en el que salía una receta de ternera a la naranja. La probé, resultó deliciosa y decidí copiarla en mi madriguera. El resultado fue espectacular, así que pensé en darle un pequeño toque propio.
Aprovechando el tarro de miel de flores de azahar (espectacular, nada que ver con otras que hemos probado) que nos enviaron y las naranjas de Naranjas Narsafor que quedan después de la dulce amarga metamorfosis y de los tremendísimos zumos que nos hacemos, decidimos hacer esta receta. Y es que no sólo de pollo y pato a la naranja vive el ser humano...
El material usado:
- Wok
- Múltiples recipientes
- Batidora y su vaso
- Microplane (o rallador de toda la vida)
- Colador
- Exprimidor
Los ingredientes:
- Ternera
- Vino tinto
- Salsa de soja
- Salsa Worcestershire (salsa Perrins)
- Azúcar
- Zumo de naranja de Naranjas Narsafor de tipo Navel Lane Late
- Miel de flores de azahar de Naranjas Narsafor
- Ralladura de cáscara de naranja
- Huevo
- Maizena
- Pan rallado
- Tabasco
- Jengibre
El proceso:
Lo más tedioso de esta receta es, sin duda, tener que esperar a que la carne se marine. Si no tenemos cortada la ternera, deberemos hacerlo en dados o tiras, dependiendo del formato inicial de carne que tengamos. Una vez cortada, deberemos ponerla en un recipiente con un poco de vino tinto, zumo de naranja, azúcar, ralladura de la cáscara (recordad limpiarla previamente), salsa de soja y salsa Perrins. Las cantidades han de estar armonizadas: más zumo de naranja que vino, y más vino que Perrins y soja, que estarán de adorno. No echaremos sal, ya que estas dos salsas son concentradas y muy saladas.
Mientras la carne se marina (nosotros la dejamos unas cuatro horas, pero con una bastaría), vamos a ir tostando el pan rallado. ¿Por qué? Porque le da mejor sabor y porque el pan rallado que venden es realmente malo. Da la sensación de estar envasado húmedo y crudo, así que le doy un ligero tostado para que coja sabor y color. Cuidado, porque se quema con bastante facilidad y eso sería fatal :)
Cuando haya pasado el tiempo de marinado, escurriremos la carne reservando todo el líquido. Mezclaremos la carne con huevo, pan rallado y un poco de maizena tamizada (pasada por el colador). Nos interesa que quede una pequeña costra alrededor de la carne, no que se haga todo una masa inmunda, así que cuidadito con la maizena que la carga el diablo.
La carne sólo habrá que pasarla por aceite muy caliente para que se fría. Si haceis bastante carne, recordad hacerlo en varias veces, para que el aceite no pierda demasiada temperatura de golpe y para que la carne pueda moverse con tranquilidad por el wok o la sartén.
La salsa es fácil, no tiene mucha interacción, pero a pesar de ello haremos un esfuerzo explicatorio para que podais hacerla ya seais mapaches, humanos o pandas. ¿Recordais todo lo que escurrimos antes? Ha llegado el momento de usarlo. Ponedlo en la sartén, calentad y ved cómo se "cuaja" la salsa. ¿Por qué? Por todo el jugo y sangre que haya ido soltando la ternera. No hay que preocuparse, no es malo (ni bueno) y nos ocuparemos de ello más tarde. Es buen momento éste para echar tabasco y jengibre en polvo. Primer toque extra, luego iremos a por el segundo ;)
Por otro lado, mezclaremos zumo de naranja con un poco de maizena para espesar la salsa. Lo mezclaremos con lo que ya teníamos y lo vigilaremos de cerca porque la maizena espesa bastante rápido salvo que hayamos echado realmente poco. No sería la primera vez que alguien se pasa un poco con la maizena o harina y acaba quitando una ladrillo de la sartén :)
El segundo y último toque extra se lo daremos casi casi cuando vayamos a quitar la sartén del fuego. Un poco más de jengibre para darle toque "fresco". Como bien sabeis, si cocinais durante mucho tiempo el jengibre, acaba perdiendo aroma y sabor. Con este segundo toque, potenciaremos ese sabor y aroma.
Ya sólo nos queda batirla y colarla para eliminar todos los grumos. Si alguien quiere darle un toque ya sensacional, puede echarle mostaza (fundamentalmente a la antigua o de Dijon) al principio del proceso.
La finalización:
Este plato podemos presentarlo de dos maneras muy parecidas, a elegir dependiendo del ambiente fashion o no en el que nos encontremos. Nosotros, como somos así de majetes, hemos hecho los dos para que os sea más fácil elegir :)
El primero, que es el que da nombre a la receta, requiere de una copa o vasito. Tan fácil como echar la ternera, luego la salsa y finalmente la miel de azahar. O, si lo preferís, mezclar la salsa con la miel y echarlo directamente.
La segunda forma consiste en presentarlo en una cáscara vacía. La única dificultad reside en vaciar la cáscara (no seais cutres y molestaos en vaciarla bien, por favor), que con una cucharilla y algo de cuidado se hace rápido. Además, si la cortas en bisel, a modo de cuna, quedará mucho mejor. El resto es exactamente igual. Echar la carne, echar la salsa (se derramará) y finalmente rellenar con miel y verter un poco fuera junto con la salsa de naranja. Un toque excelso de calidad: untar previamente la cáscara por dentro con un poco de miel, para que reluzca ;)
Mmmmm! Que ganas de probarlo... Qué lástima que no sobrara...
ResponderEliminarMuy interesante combinación!
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