martes, 7 de febrero de 2012

Cervezas: Brabante Oro


Análisis previo:


Después de la Brabante oscura, hoy cae en nuestras manos la Brabante oro, segunda de las cinco que iremos catando y analizando poco a poco.

De introducción poco podemos decir más allá de lo que ya dijimos con la anterior, salvo que en este caso la etiqueta es amarillo clarito. Si quereis leeros la introducción anterior, ya sabeis: visitad la crítica de la Brabante oscura. Nosotros, de momento, pasamos a abrir la nueva, que es de lo que se trata hoy :)



La cata:


Empezamos como siempre con una ligera olfateada a la botella. Aunque es mejor oler a través de un agujero pequeño, las condiciones olfativas a través del cuello de una botella no son óptimas. La mejor manera de hacer una cata olfativa es una vez removido ligeramente en una copa, vaso o jarra, para que desprenda los aromas y al mismo tiempo queden ligeramente encerrados facilitando la degustación olfativa. Por eso, aunque puede valer como primera impresión y sensación, nunca os dejeis guiar por el aroma de una cerveza fría a través de su cuello. En cualquier caso, soltado este párrafo inmundo, puedo comentaros que el olor que sale es un clarísimo olor a cerveza rubia de caña mezclado con un ligero toque achampanado (o de sidra, quizás, no lo tengo muy claro).

Según vamos vertiendo la cerveza en la jarra, podemos apreciar una espuma blanca más o menos fina, alta, que se disipa bastante rápido. Como podeis apreciar en la foto, a medida que baja, va dejando marca en la jarra. Esto no sé si es bueno o malo, pero a mí me deja la extraña necesidad de, al terminar, rebañar esos restos con un dedo :)

Miramos a contraluz y vemos que es una cerveza limpia, transparente, rubia de ligero toque ambarino (ni mucho ni poco, lo justo para darle un bonito color). Si nos fijamos en las burbujas podemos ver que no hay demasiadas, pero que al menos es constante y finita. Eso sí, las columnas o agujas no están definidas claramente. ¿Y esto importa? La verdad que probablemente a tí y a mí no, pero a las personas que han estudiado en estas cosas les parecerá un dato crucial, dado que siempre lo sacan a relucir. En nuestro caso, y desde nuestro punto de vista, lo tomaremos como una curiosidad y algo estético más que algo importante.

Después de sacar las fotos, aprovechando que la cerveza se ha aclimatado un poco, aprovechamos para una segunda cata olfativa. Claramente sigue presente el olor a sidra o champán (más bien sidra, probablemente) y el clásico olor a cerveza rubia. Quizás también algo de olor alcohólico, pero no destaca precisamente por ello.

Una vez que ya hemos volteado y removido la cerveza mil veces para sacar todos estos datos visuales y olfativos, pasamos a dar el primer trago. Un estupendo sabor a uva (ligero, pero lo suficiente como para que se note), afrutadito y quizás con algo de manzana, lo que nos lleva a pensar que nuestro olfato no mentía demasiado. Notamos que la cerveza deja una ligera sequedad en la boca, que ni es bueno ni es malo, pero sí que es importante resaltarlo.

Su sabor alcohólico no es excesivamente alto, sí quizás en el postpaladar, a la hora de tragar. No en vano, tiene 6'5 grados fruto de una doble fermentación. Siguiendo con las sensaciones, notamos que el amargor de esta cerveza no es notable, al igual que su maltosidad que es prácticamente inexistente aunque aparezca cierta sensación en boca y labios de pegajosidad caramelera. Sobre su densidad, lo dejaremos en un escueto "densidad media tirando hacia abajo".

Por último, tenemos que incidir en uno de los problemas clásicos a la hora de tomar cerveza: "es que hace mucha espuma y tiene demasiado gas". Una vez más, esta cerveza evita claramente esta situación. Como ya dijimos antes, a la vista no parecía haber demasiadas burbujas. En boca la verdad es que sigue sin haber demasiadas y puede removerse por toda ella sin acabar saliendo espuma por la nariz (aunque algo sí que sale). La burbuja, finita, le aporta cierto frescor y un poquito de picante que siempre hace muy interesante a una cerveza.

En conclusión, estamos ante una cerveza de público objetivo "normal", quizás gente que quiera probar algo nuevo. Una cerveza fácilmente degustable un día de verano y en sustitución de una caña. O quizás un día de invierno en sustitución de cualquier otra cerveza "normal". Y sí, también vale para esos expertos cerveceros que quieran darse un descanso de cervezas elitistas sin tener que caer en la típica caña (a las cuales, como ya sabeis, tengo más bien poco aprecio). Así pues, seas experto, nuevo, intermedio o... bueno, seas quien seas, esta es una cerveza muy rica para un día que quieras darte un lujo barato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario