sábado, 18 de febrero de 2012

Postres: Dulce amarga metamorfosis


Recientemente entramos en contacto con la gente de Naranjas Narsafor, un par de amigos de Valencia que decidieron que iba siendo hora de revitalizar el mercado naranjil de su tierra impulsando la venta directa por internet.

A grandes rasgos, el negocio consiste en que:
- El agricultor retome sus huertos abandonados y gane más por su producto (menos intermediarios y gente chupando por el medio)
- La naranja esté más cuidada (no es industrial y sólo las crían y recogen cuando es temporada)
- Tu pedido te llegue al día siguiente de haberla recogido

Si a esto le añades que las naranjas son realmente grandes (y no precisamente secas por dentro), sin casi cáscara y muy ricas y dulces (al menos las que nos han llegado a nosotros, que han sido varios kilos) y que además hacen miel, confituras y mermeladas (exquisitas), la verdad es que tenemos un gran descubrimiento.

Por si alguien se lo pregunta, los precios no son caros si tenemos en cuenta todo esto. No pueden competir con la naranja pequeñita seca y ácida que se compra en cualquier gran superficie si lo que buscas es únicamente precio. En cualquier caso, como observación personal, si necesitas tres de esas birrias y sólo una de Narsafor para llenar un vaso... ¿seguro que son realmente "caras"? Mi respuesta es "no".

Volviendo al asunto que nos ocupa, para honrar a estas naranjas y a nuestros nuevos colaboradores, decidimos hacer unos bombones de chocolate negro rellenos. Por diversos motivos (el molde, el chocolate y mala suerte), se me acabó el chocolate negro y la paciencia, llegando a pensar incluso en abandonar la idea.

A todo esto, como historia paralela, entre los favoritos de mi navegador tengo un vídeo sobre una bola gigante de chocolate a la que le echan chocolate caliente por encima, se derrite y muestra el helado de vainilla que escondía en su interior. Todo eso, que podría ser un "sin más", queda mejor si le añades una banda sonora de tipo ópera al asunto. Todas y cada una de las veces que he visto ese vídeo, he acabado pensando "algún día haré algo similar".

Y entonces, en medio de la desesperación de aquel terrible fin de semana, se me ocurrió la idea de hacer una imitación a pequeña escala, fácil, sin necesidad de grandes conocimientos o material...



El material usado:


- Una huevera de plástico (si tienes moldes para chocolate semiesféricos, mejor)
- Cazuela
- Recipiente
- Batidora y su vaso
- Microplane (rallador de toda la vida, pero si sois fashion, tendréis uno de éstos :P)



Los ingredientes:


- Chocolate de cobertura o similar (mejor negro, pero si no tienes, bien sirve uno con leche)
- Huevo
- Maizena
- Menta
- Azúcar
- Naranjas Narsafor de tipo Navel Lane Late
- Leche



El proceso:


A estas alturas, es posible que alguno haya adivinado cuál es la receta. Para los que aún no os lo imaginais, os diré que vamos a hacer una esfera de chocolate rellena de natilla amarga de naranja y menta. Apetecible, ¿no?

Quizás os estéis preguntando por el nombre de la receta. Si es así, este es el momento de descubrir la verdad:
- Por razones obvias, porque el chocolate es dulce y la natilla es amarga, y porque este bombón sufre una metamorfosis de lo dulce a lo amargo.
- Por razones no tan obvias, en las que se convierte en una doble metáfora existencial: en la que los humanos pasais de dulces niños a amargados adultos, y en la que sólo pareceis apreciar lo dulce mientras sois pequeños y a lo largo de vuestras vidas aprendeis a apreciar otro tipo de sabores que completan el espectro del gusto.
- Finalmente, porque hablando de bombones rellenos, nos acordamos de nuestro buen amigo Jose de Dulce Amargo, una chocolatería con obrador propio y donde organizan cursos periódicamente (y tienen auténticas locuras de bombones rellenos). Seguro que si esta receta os pica el gusanillo de meteros en cosas divertidas, Jose os puede hacer felices.

Lo primero que vamos a hacer es la natilla. Para hacer medio litro de natillas, usaremos 250ml de leche, 250ml de zumo de naranja de esas estupendas naranjas (os valdrá con una, casi seguro), 2 yemas de huevo, 3 cucharadas soperas de azúcar y 2 cucharadas soperas de maizena. Para rematar, necesitaremos rallar un poco de la cáscara de la naranja que exprimamos. De esta cáscara depende lo amargo que quede la natilla, así que cuidadito. Por supuesto, recordad limpiar bien con agua y jabón la naranja por si acaso, aunque no debería de llevar tanta porquería como una naranja común :)

El proceso que hemos seguido para la natilla es bastante simple: mezclar todos los ingredientes, batir, poner a calentar sin que llegue a hervir para que no cuaje el huevo y reservar cuando veamos que está suficientemente espeso. Para este caso, nos interesaba que quedara bien espeso, así que lo dejamos bastante tiempo.

Cuando ya tengamos la natilla hecha y guardada, nos pondremos con el chocolate. Para fundirlo usaremos un método tradicional como es "al baño maría". Podeis hacerlo al microondas, pero la verdad que yo prefiero poder controlarlo constantemente :)

Así pues, mientras el chocolate cortado en cachitos está dentro de un recipiente que a su vez está dentro de una cazuela con agua y puesta al fuego, podemos ponernos a bailar y a prepararnos mentalmente para la batalla que nos espera :)

Cuando el chocolate esté completamente derretido, es hora de ir a la huevera y echarle el chocolate hasta cubrir todas las semiesferas que queramos. Con un cuchillo enrasaremos los sobrantes y procederemos a la primera parte complicada: voltear el molde. Para esto, necesitareis una fuente o similar para poner debajo. Yo lo tenía fácil, dado que mi huevera de 6 unidades era justo del tamaño del recipiente donde había fundido el chocolate, así que podía dejarlo volteado y apoyado encima :)

En cualquier caso, no os preocupeis porque vaya a caerse todo el chocolate: no lo hará. De hecho, dependiendo del tipo de chocolate que hayais usado, es posible que no caiga nada. ¿Y qué hacemos en este caso? Golpear amablemente la huevera volteada para que empiece a caer. Cuando ya sólo quede una fina capa de chocolate en el molde, lo meteremos al congelador o frigorífico para que se solidifique. Con unos 5 o 10 minutos debería bastar, pero todo es ir mirando.

Cuando esté sólido, procederemos al rellenado de natilla. Iremos depositando la natilla en la huevera, preocupándonos de no rellenarlo completamente porque luego hay que taparlo con más chocolate. Así pues, la recomendación es que llenéis unas tres cuartas partes de la semi esfera. Cuando hayamos hecho esto, verteremos más chocolate fundido y volveremos a enrasar y quitar los sobrantes. Esta vez ya no daremos la vuelta ni nada similar: el molde irá directamente al frigorífico.

Pasado otro buen rato, llegará el momento de montar la esfera. Si habeis tenido suerte, las semiesferas se habrán despegado de la huevera. En caso contrario, o lo seguís congelando, o vais forzando el molde un poco y dando golpecitos. Si le dais calor, lo más seguro es que el chocolate se deshaga de nuevo y se pegue más :)

Y así, tenemos ya nuestras semiesferas listas para la acción. ¿Cómo hacemos las esferas? Simple: usando más chocolate a modo de pegamento. Aquí teneis que actuar con bastante velocidad, dado que el chocolate se solidificará rápidamente al ir a aplicar una capa tan fina sobre la parte plana de las semiesferas. Aplicamos, espachurramos con cuidado las dos semiesferas y ya tenemos una esfera completa :)

Ahora, sólo nos queda acabar de decorarla y corregir imperfecciones. Es posible que el pegado haya dejado una gran grieta de separación entre las dos semiesferas. Cogeremos chocolate con un dedo y empezaremos a aplicarlo por todos lados artísticamente para hacer una segunda capa irregular y que oculte la separación.

Y ya está, ya tienes tu esfera de chocolate rellena de natilla amarga de naranja y menta. Vete preparando plato hondo y pon leche a hervir, que servimos...



La finalización:


Este vídeo de aquí abajo enseña la presentación que hemos elegido: una cuchara de canapé en un recipiente hondo de diseño. Vierte la leche hirviendo poco a poco y verás cómo se derrite parte del chocolate (en el fondo del plato irá quedando rica leche chocolateada) al tiempo que muestra la natilla. El resultado a mí me parece que es bastante peculiar, divertido y diferente.

Ahora sólo queda ponerte manos a la obra y probarlo...

3 comentarios:

  1. vaya imaginación... perfecto,. besitos bego

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  2. Una combinacion de sabores.... rara porque no decirlo! Pero yo los probaria. Todo lo que lleve chocolate me lo comoooo!

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