lunes, 6 de junio de 2011

Recetas semi rápidas: Patatas rojas en salsa


Esta receta fue el primer plato de la cena de ayer domingo, en la que también tomamos magret de pato.

La receta en sí es sencilla, pero lleva bastante tiempo poder hacer la salsa, así que la metemos dentro de la sección "recetas semi rápidas".



El material usado:


- Cazuela
- Colador
- Vaso y tenedor
- Un recipiente



Los ingredientes:


- Patatas
- La grasa de un magret de pato
- El paquetito de sal especiada del magret de pato
- Comino
- Eneldo
- Estragón
- Clavo
- Sal ahumada
- Cerveza rubia de graduación semi-alta (33cl)
- Harina
- Cubito de verduras
- Cayena troceada



El proceso:


Lo primero que hemos hecho ha sido limpiar las patatas. Sí, así, con agua y jabón bien limpitas debajo del agua para eliminar toda la porquería que pudieran llevar.

Según han salido de debajo del grifo, las he puesto (con su piel y todo) en una cazuela con agua y cayena troceada que he puesto a hervir. Quince o veinte minutos de jacuzzi después, las he sacado y reservado para más tarde.

Ahora llega el momento estelar del plato. Las patatas son muy ricas, pero todos coincidiremos en que unas patatas sin aderezo...no impresionan a nadie.

Hemos comenzado con la grasa del magret que usamos como segundo plato (Pato al dúo balsámico), troceada en pequeños cubitos y sazonada con su saquito de especias. Este saquito normalmente viene con el magret, así que no hay problema. Si no viene...pues nada, se omite ese paso y listo :)

Estos cachitos los hemos pasado por la cazuela vacía y hemos dejado que suelten toda su grasa mientras se doran. Después de esto, hemos echado toda la cerveza, un clavo, un poco de comino, otro poco de sal ahumada y hemos dejado que vaya reduciendo.

A media cocción y reducción, hemos sacado todo el contenido "flotante" y hemos dejado sólo el caldo. A este caldo le hemos añadido un poquito de agua y hemos vuelto a dejar que redujera.

Cuando ya estaba suficientemente concentrado, hemos preparado "la mezcla espesadora". Esto es tan absurdo como coger un vaso, echar agua fría (cuanto más fría mejor) y echar harina. Con el tenedor se bate bien batido para que se integre y eso se echa en la salsa que se quiera espesar. Como indicación, yo siempre pongo un colador entre medias para que los grumos no caigan a la salsa. Lo último que me apetece en medio de una salsa es una pequeña bomba de harina. Con colacao vale, pero con harina...

Ahora es importante que el fuego esté muy bajito, porque si no, se hiperespesará la salsa y luego sabrá a harina. Con el fuego bajito, iremos removiendo y ligando la salsa al tiempo que se cocina la harina.

Cuando hemos sacado la salsa (nuevamente a través de un colador), la hemos dejado en un recipiente y hemos aprovechado para darle el toque final: eneldo y estragón. Con esto conseguiremos que no pierdan demasiado la esencia y que la salsa tenga un ligero toque anisado, además del contraste verde de las hierbas con el marrón de la salsa. Suena bien, ¿no?



La finalización:


Hemos optado por una presentación fácil en tres pasos:

Primero, un fondo de salsa, para poder mojar bien el pan :)
Por encima, las patatas partidas al medio. Dos de ellas formando una cordillera, la tercera abierta enseñándose al público.
Para terminar, la salsa escurriendo por encima de las patatas.

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