Análisis previo:
Esta cerveza pertenece a la marca "Flying Dog", que descubrí recientemente en un viaje a Valladolid.
Esta marca es bastante peculiar, ya empezando por el diseño de sus etiquetas y continuando por su lema que es "buena cerveza, no mierda".
Sinceramente, cuando me encontré delante del escaparate de la licorería, en un principio no supe centrarme muy bien en cuál de todas las cervezas que no había probado quería llevarme a casa. Y de repente, me fijé en esas etiquetas tan "diferentes" y tan atrayentes.
Decidí que el precio que costaban estaba más que justificado y me acompañó en todo momento un pensamiento de "con esta etiqueta, y con este lema, no puedo equivocarme".
Y efectivamente, no lo estaba. Esta no es la primera que pruebo de la colección y la verdad es que menos "defraudado", puedo decir cualquier cosa.
Pero centrémonos brevemente en la cerveza que hoy nos ocupa.
Esta cerveza, con una etiqueta de una calavera con cuerpo humano y gorro del salvaje oeste que fuma y nos invita a irnos de fiesta, es una cerveza negra como el alma de mucha gente. De hecho, hacía mucho tiempo que no caía en mis manos una cerveza negra que no fuera una Guinness.
Si quereis visitar la web de esta cerveza americana: Flying Dog