Hoy vengo con todo un clásico, pero ligeramente modificado. No usaremos la típica bolsita congelada con todo preparado, no. Hoy usamos gambas (congeladas :P) y ajetes naturales y fresquitos.
El material usado:
- Un pequeño recipiente para aceitar las gambas primero y los ajetes después
- Un recipiente grande para mezclar huevos, ajetes y gambas
Los ingredientes:
- Huevos (2)
- Ajetes (3)
- Gambas (unas cuantas)
- Aceite
- Cerveza
El proceso:
El proceso es simple a más no poder.
Lo primero que haremos será descongelar las gambas (yo he usado un microondas, tú puedes utilizar luz solar o una bombilla, como prefieras). Una vez descongeladas, se pasan por aceite para que lleven un poquito y no queden grasientas como en la tasca Paco.
Una vez bien impregnadas en óleo de alta calidad, las pasaremos por la sartén (¡¡ a muy baja intensidad o se abrasará todo !!), cuidando que no queden duras, sino en ese punto en el que es difícil saber si están crudas o hechas. Este punto se traduce temporalmente en "vuelta y vuelta, unos dos minutos, en cuanto la pobre gamba deje de tener aspecto de crudité".
En el mismo recipiente que las gambas, aceitaremos ligeramente los ajetes cortados en finas rodajitas y los tiraremos a la sartén.
Como la idea es que las gambas queden blanditas y los ajetes crujientes (a mí personalmente, es como más me gusta), los dejaremos un ratito, pero sin descuidarlo.
Como lo hemos cortado muy fino, a pesar de haber puesto la sartén a fuego muy bajo, es posible que a estas alturas ya se estén torrando un poquito. En ese justo momento, cuando alcanza la tonalidad "como me dejes un ratito más voy a carbonizarme", es cuando debemos echar la cerveza.
Y he aquí el sempiterno dilema: ¿qué cerveza elegir? Yo hoy he elegido, muy a mi pesar, una cerveza española (me niego a decir marca :P) de la barata y mala que ponen en los bares. El ideal es coger una cerveza tostada de alta graduación y echar aproximadamente un dedo o dos de un vaso normal.
Cuando la cerveza haya reducido un poco y, sobre todo, haya eliminado el tufillo a alcohol, deberemos volcar esta mezcla en el recipiente grande donde ya nos esperará la mezcla de los huevos y las gambas.
Ahora, como ya os esperareis todos, lo único que queda es poner la sartén con algo de aceite (tampoco mucho, por favor, no queremos morir de obstrucción arterial) a fuego muy muy fuerte. Cuando el aceite esté empezando a humear, apagamos el fuego y echamos la mezcla.
A mí me gustan los revueltos poco hechos, o hechos en su punto justo justo justo.
Así pues, lo he dejado un poquitito y lo he sacado rápidamente antes de que se quedara asqueroso :)
La finalización:
No tenía ni tiempo ni ganas, así que este revuelto ha ido acompañado de un cacho de pan de barra normal y corriente.
Consejos y apuntes finales del chef:
La norma (mi norma) dice que este tipo de revueltos deberían ir acompañados de:
- Una tostada de pan de molde untada en mantequilla (¡¡ muy poca !!), ajo y perejil para darle un empujón más al revuelto que ya de por sí tendrá seguramente bastante fuerza.
- Un poquito de perejil (fresco, inmejorable) picado fino fino fino.
Esta receta va sin nada de sal. Desde hace tiempo, soy bastante fanático de echarle sal a todo, incluso al café matutino. Bueno, vale, esto último no es cierto, pero ya me entendeis.
El ajete, las gambas, el aceite y sobre todo la cerveza, le dan al conjunto una fuerza y un sabor que hace que la sal pase a ser algo totalmente secundario.
Probad a hacerlo sin sal, y me contais si es necesaria o no :)
Y sobre todo, y super importante: NO LO DEJEIS ENFRIAR. Calentito es impresionante. Frío es un asco :(
MUy sencillo y rico este revuelto...con cerveza nunca lo había probado y lo haré.
ResponderEliminarSaludos
Carmen