Con este primer post, comenzaremos una sección sobre algo que me apasiona: la cerveza.
Hay una cosa en este mundo que no soporto y es la gente corta de miras. Gente que decide que su pequeño universo es el mejor y no tiene ni interés ni motivación por conocer nada más allá de los límites del mismo.
Es por esto que odio a la gente que dice "sólo me gusta la Heineken y es la mejor del mundo", cuando ni siquiera se ha dignado a probar nada más allá de Cruzcampo, Estrella Galicia, San Miguel y Mahou.
Obviamente no digo que todos tengamos que probar todo de todo lo que existe, pero no me gustan ciertas afirmaciones carentes de base.
Dicho esto, comenzaré con una pequeña historia que poca gente conoce.
Hace muchos años, cuando empecé la universidad en Valladolid, me tocó quedarme el verano para estudiar. Ese verano, aprovechando que estaba solo en casa, mis primos y yo organizábamos los fines de semana una sesión llamada "pizza y peli" en la que, como su propio nombre indica...veíamos una peli y tomábamos pizza.
Un día, uno de mis primos me comentó que en un supermercado cercano a casa había una variedad interesante de cervezas. Dado que siempre he sido muy curioso, no tardé en acercarme con él por allí.
En el estante correspondiente había, efectivamente, unas cervezas muy interesantes: Judas, Desperados y Budejovicky entre otras. No perdimos el tiempo y nos llevamos unas pocas.
Cuando las probamos, descubrí un nuevo mundo: había vida más allá de la cerveza nacional, y ese mundo era infinitamente más interesante.
Poco a poco, (esto ocurrió allá por el 2000) las cervezas de importación empezaron a ocupar más y más espacio en las estanterías de los supermercados.
Una estantería de mi habitación, poco a poco, empezó a llenarse de botellas vacías de cerveza. Acababa de nacer mi colección, pero yo aún no lo sabía. Para mí, en aquel momento, eran recordatorios de buenos momentos :)
Aún recuerdo los tiempos en los que iba a una gran superficie (sin publicidad, lo siento) y me iba, cada dos semanas, con un carro de más de treinta variedades de cerveza. Las caras de las cajeras eran bastante graciosas :)
Y sí, la caja de cartón donde iba guardando mis provisiones de cerveza iba creciendo y creciendo. Poco a poco, empezaba a definir mis gustos y a olvidarme de cubatas y whiskis.
Al poco tiempo, descubrí una cosa llamada "packs". Algo muy interesante en el que te ponían varias cervezas y un vaso, copa o jarra de la marca correspondiente.
Empezó a entrarme el gusanillo cervecero. Algunas eran buenas, algunas aceptables y algunas excepcionales. Al final, acabé dedicando bastante tiempo a recorrerme tiendas a la búsqueda de una nueva cerveza o pack, para aumentar la colección.
Y así pasado el tiempo, nos encontramos a día de hoy, en cuartos de 2011 y con una colección de botellines y latas que pasa de 250 modelos diferentes y que ocupa todo el comedor. Igualmente, tengo una colección de unas cuarenta unidades de vajilla y un montón de posavasos distribuídos por la misma estantería.
Como habréis deducido a partir de esta historia, soy un fanático de la cerveza. Y no, no me he vuelto un pijo. Algunas veces me tomo una lata de cerveza barata o una caña igual que me algunas veces me como unas croquetas en el bar de enfrente.
Otra cosa es que me guste la calidad y prefiera cosas buenas, con diferentes matices...
No hay comentarios:
Publicar un comentario