Análisis previo:
Hoy estamos ante, quizás, una de las últimas catas de cerveza que hagamos en este blog. El precio de la cerveza "diferente" es una de las múltiples razones, incluido que realmente este blog nació para la cocina y no para la cerveza.
Así pues, he decidido intentar reservar unas buenas cervezas para el final. La de hoy es muy especial, porque es artesanal, diferente y bastante exclusiva. Eh, y además lleva un animalito divertido en la etiqueta. ¿Qué más se puede pedir? Pues, efectivamente: que esté buena... y realmente lo está :)
Estamos ante una cerveza hecha especialmente para un bar. Este bar se llama OH! Mandril y se sitúa a escasos metros de Cilantro Gastrobar (que a partir de ahora, si es que sigue abierto, ya no estará capitaneado por el gran Pepe Gorines), en la calle General Álvarez de Castro número 21.
No os vamos a engañar: no es una cervecería de esas que puedes encontrar cien mil cervezas y que acaban agobiándote tanto por precio como por cantidad e imposibilidad de tomártelas todas. Estamos ante un bar con una carta de cervezas ajustada, barata y selecta. En cualquier caso, lo que más nos ha gustado es, sin duda, su cerveza especial.
Un día pasamos por casualidad delante de ese bar. Estaba cerrado, investigamos y vimos que tenían una carta más que aceptable de cervezas. Después de múltiples intentonas, lo encontramos abierto, entramos y nos fijamos que en la barra había una cerveza con una etiqueta en la cual salía el nombre "Mandril" y un mandril vestido de traje, muy señorial.
Nos preguntamos si sería una cerveza de cachondeo o si realmente existía, así que después de una Kwak y una Kasteelbier no pudimos resistir la tentación y preguntamos. Nos dijeron que era una cerveza artesanal hecha por un maestro cervecero español (ahora mismo no recuerdo si valenciano o catalán) y que estaba muy rica.
Investigando un poco la marca Mandril Beer, hemos encontrado la receta de la cerveza. En cualquier caso, empecemos por donde hay que empezar...