jueves, 25 de abril de 2013

Restaurantes: Gastroterapia


Hace tiempo que Pepe Gorines "desapareció" de la faz de la tierra. Entrecomillo, porque este señor es un culo inquieto y siempre tiene algo entre manos o dando vueltas por la cabeza. Terminó su aventura en Cilantro y hace unos días abrió un nuevo local llamado Gastroterapia junto a tres socios más.

Este local, en la calle Cardenal Cisneros nº 66 de Madrid, ha sido parido por el propio Gorines y sus principales características son:
  • Su "reservado": Un pequeño espacio ligeramente separado del local principal, en un pasillo, abierto, pero discreto al tiempo. Un concepto interesante. Como dicen en los anuncios de pisos: "Mejor ver".
  • Dejan de existir las mesas de sentarse. No es un restaurante, es un sitio donde ir a tomar tapas y pintxos, así que apoltronarse está "prohibido". En su lugar hay barra, mucha barra, y unas pocas mesas altas por si te lo quieres tomar con un poco más de calma. Además, gracias a su barra en ángulo y una pequeña pared, el local principal queda dividido en dos ambientes. Local que, todo sea dicho, es "pequeño"... pero fenomenalmente aprovechado.
  • La decoración: Entre blanco, negro y dorado ha pintado (sí, él mismo) el local. No es de tipo moderno minimalista. No es una tasca. No es ostentoso. Es... no sé, difícil de definir, elegante y sobrio.
  • Aunque tenga una pequeña sección de "contundentes", realmente lo más atractivo son sus desvaríos en forma de pintxo.
  • El precio. Luego hablamos de esto, pero os adelanto un titular: escandalosa e insultantemente barato.
  • Alimentos de proximidad. Se dice que tienen una huertecita propia. Se dice que Pepe gusta de hacer compra de mercado supervisada por él mismo. Se dice que en breve tendrá tartas espectaculares de Dulce Amargo. En conclusión, Pepe fomenta la proximidad y localidad. Una buena manera de hacer las cosas: gente cercana y de confianza.

Si hay una cosa que me gusta es visitar a Pepe. Un tío lleno de vitalidad, alegre, que te recibe en persona, te abraza y te hace sentir como en casa. Bueno, lo del abrazo supongo que es un privilegio para aquellos que le conocen personalmente :P

Cuando nos enteramos de que había abierto ya el nuevo chiringuito decidimos visitarle. Allí estaba, en la puerta: nos reconoció, se nos acercó, nos saludó afectuosamente, nos enseñó el local y nos tomó la comanda, porque si algo caracteriza a los sitios donde trabaja este caballero es que él puede encargarse de todo y no pasa nada ni su ego sufre ningún trauma: te toma una comanda, recoge, te sirve, se preocupa por ti y en general es un anfitrión perfecto. Eso sí, tiene ayudante en cocina y camareras. Es activo, pero tampoco tanto.

Centrándonos un poco en el tema, lo primero que te ponen con la caña es un pequeño mostrador con un cono de patatas fritas y un platito de salsa. Delicioso, divertido, diferente. Gracias por no ponernos aceitunas y pepinillos, de verdad.


Dado que es un bar de pintxos, teníamos un poco de miedo al ver el precio y pensar en las raciones que tocarían. Nos preocupaba que a Pepe se le hubiera ido la olla y por 3 euros nos pusiera una migaja de cada cosa, sobre todo sabiendo la calidad de materia prima que usa.

Craso error: las raciones son, para el precio y calidad, más que generosas. Y las cocina (y/o supervisa) él. Así pues, por 4 cañas y 5 tapas nos gastamos 20 euros aproximadamente y salimos cenados dos personas y un peluche. Y lo que comentaba antes: comparen las tapas precongeladas e insípidas que ponen en otros sitios y el precio que cobran por ellas. Bah, mejor no: es tiempo perdido.

Cabe decir que teníamos una asignatura pendiente llamada "callos" y que, aprovechando que figuraban en la carta, nos pareció una gran idea pedirlos. ¿Quién mejor que Pepe para desvirgarnos en este asunto? Y sí, fue un acierto. Enorme.

Sobre el nombre del local, todo un acierto: ir a visitar a Pepe es una terapia a doble nivel. El primero, por conocerle, charlar un rato con él y divertirse con él. El segundo, porque realmente merece la pena dejarse seducir por su cocina y sus recetas.

Os dejamos con las fotos de lo que comimos (pedimos disculpas por la calidad, fueron con móvil y es un poco más baja de lo que nos gustaría)...
Sashimi de pez mantequilla afrancesado:

Tartar japo/mex de langostinos con guacamole y totopos:

Tartar macerado de potro lechal con pamplinas. Garantizada maceración de un día para otro y que no llevan ternera, cerdo, alce o heces y chocolate como la comida de algunos otros sitios (ejem) :P

Callos:

Carrillada de ternero a baja temperatura con parmentier:

Antes de irnos, decidimos darnos un capricho. Vimos en la página de Facebook de Gastroterapia un postre que sonaba salvaje: fresas maduras con nata, vino y canela. Puedo asegurar que es un postre MUY exageradamente delicioso. Si vas, pídelo, ruega, implora, vende tu alma o lo que quieras... porque no puedes irte sin probarlo.



Y hablando de caprichos: una foto con el propio Gorines :)

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