miércoles, 23 de mayo de 2012

Mercado de la Ribera, Bilbao


Si hay algo que nos gusta es visitar mercados. Consideramos que, más allá de las grandes superficies y pequeños comercios, un lugar muy especial es el mercado de la ciudad o del barrio. Más grandes o más pequeños, con mayor o menor afluencia de género, suelen ser un sitio perfecto para encontrar cosas de calidad a buen precio.

Cada vez que el equipo de La cocina del mapache feliz va a una ciudad o barrio, buscamos el mercado correspondiente. Bilbao, Valladolid, Valencia, Madrid... cualquier sitio es bueno.

Esta vez nos vamos a ocupar precisamente de ése primero que hemos mencionado: Mercado de la Ribera, Bilbao.

Este mercado, reinaugurado a finales de 2010 y re-reinaugurado en 2011 (cada vez una fase, se sobreentiende), fue construido originalmente en 1929, aunque realmente toda esa zona ya era "centro comercial" desde el siglo XIV. Reconstruido en 1983 fruto de una riada, estamos ante un monumento que a pesar de todo sigue en pie. Primero como mercado de mayoristas, finalmente como mercado de barrio.


Situado en la zona vieja de Bilbao, a la orilla del Nervión y al lado del puente de La Ribera, podemos ver un mercado imponente e hiper moderno. Cristaleras por todos lados que dotan a este mercado de una luminosidad espectacular. El día que fuimos nosotros estaba más o menos nublado y a pesar de eso había muchísima luz, en contraposición con otros mercados de abastos que parecen un entierro.


Distribuido en dos plantas, tenemos bastantes puestos con claro predominio del producto marítimo. Desde carnes hasta los susodichos frutos de mar pasando por setas, hierbas y productos congelados. No en vano, este mercado entró en el año 1990 en el Libro Guinness como el mercado municipal de abastos más completo.




¿Y qué decir del producto?. Desde el señor más tradicional con su puestecito desmontable hasta la pescadería más moderna, la mayoría de las cosas que allí se vendían tenían muy buena pinta. Nos quedamos con ganas de asaltar el puesto de las setas frescas, pero dado que no teníamos cocina ni teníamos muy claro si aguantarían un par de días en el maletero decidimos quedarnos mirando e imaginarnos cómo sería cocinarlas.



Llamaba la atención la limpieza del mercado en general. Otros que hemos visitado tienen el suelo como un lodazal y da miedito arrimarse a algunos puestos. Aquí no, incluso los tenderos reñían a los clientes que ensuciaban las instalaciones. Todo un ejemplo a seguir.

También llamaba la atención lo vacíos que estaban los pasillos y las aglomeraciones delante de algunos de los puestos.



Y bueno, como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo con un pequeño resumen fotográfico de lo que vimos por allí :)

4 comentarios:

  1. De raza le viene al galgo....:))))) me chiflan los mercados y los cementerios....no se porque se empeñan en llamarme rarita, juassssssssss. Precioso ese mercado.

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  2. Qué chulo este mercado. Lástima que cuando nosotros fuimos a Bilbao (creo que justo hace un año) lo encontramos cerrado :( La próxima vez será.

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  3. ¡Qué bonito!Este no le he visto. Me alegra saber que no soy la única que se mete en todos los mercados que se encuaentra en el camino :D
    Saludos!!!

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