sábado, 17 de marzo de 2012

Reflexiones: ¿Cervezas artesanales o setas de temporada?

Hoy es uno de esos días en los que inauguramos una nueva sección. La llamaremos "Reflexiones" y la llevará el mayor de nuestros mapaches. Filo es un mapache blanco, ya canoso, que tiene unos cuantos años encima. Le gusta pensar, reflexionar, sentarse tranquilamente a observar y cuestionarse sobre el mundo que le rodea.

Hemos pensado que nos faltaba una sección de opinión, quizás polémica, en la que uno de nuestros mapaches expresara lo que todos pensamos y debatimos a diario. Una visión madura (a veces), relajada (tal vez) y cargada de (su) realidad. ¿Te apuntas a seguirle?

Hace unos quince años ibas a un supermercado y encontrabas cervezas "baratas" de dudosa calidad (Mahou, Cruzcampo, Amstel, etc) y alguna que otra vez te llevabas una sorpresa porque habían traído una cerveza extranjera fuera de lo que dictaba "la ley".

Hace unos diez o doce años empezaron a llegar las cervezas de importación. Cervezas difíciles de encontrar porque no existía internet (al menos, no como la conocemos ahora), no existían las grandes cervecerías y, por supuesto, no existían las boutiques de la cerveza. Encontrar una cerveza de importación se convertía en una tarea más o menos parecida a conseguir todos los cromos de los futbolistas españoles: casi imposible.

De un tiempo a esta parte, encontrar cerveza especial es fácil. Hace ya unos cinco o seis años empezaron a salir tiendas online y tiendas físicas que facilitaban enormemente conseguir nuevos especímenes cerveceros. Y desde hace un par de años, hemos vivido un nuevo auge: la cerveza artesana.

Al principio eran unas poquitas. De hecho, muy poquitas. En mi opinión y la de mucha otra gente, la gracia de las cervezas artesanales es intentar marcar un poco el territorio, tener algo propio de la tierra. Algo así como ciertos alimentos: vas a la zona de donde son y los comes. Sales de esa zona y ya no los comes porque "no existen".

En algún momento, los kits de fabricar cerveza se volvieron más o menos asequibles y aquí empezó el acabose. Cientos de personas haciendo sus cervezas y empezando sus propias empresas. Ojo, que el ser emprendedor me parece una opción perfectamente válida, siempre y cuando se haga con cabeza.

A día de hoy, es posible que haya... ¿mil? ¿dos mil? ¿un espantillón? marcas de cerveza artesanal en todo el mundo. Esto estaría muy bien, si no fuera por el hecho de que ahora hay muchas cervecerías, bastantes tiendas especializadas, supermercados con capacidad de importación y la fatídica (para algunas cosas) globalización.

Abrir Facebook y hacer una búsqueda de cervezas artesanales puede acabar con las ganas de cualquiera. Miles de latinoamérica y muchísimas de España. Todas al alcance de un click. Todas al alcance de la tienda del otro lado de la calle. Se pierde, por tanto, la territorialidad de la marca. Vas a un extremo del pais y es posible que te encuentres lo mismo que en el otro extremo. Ya no hay ningún tipo de emoción, igual que encuentras una Mahou, encuentras la cerveza artesanal que te plazca.

Y esto, que mucha gente pensará que es bueno, en mi opinión no lo es. Lo es para el cervecero, que obviamente verá cómo aumentan sus ingresos y su fama. Pero no lo es para gente que busca cosas propias del lugar que visita. Imaginad que todas las ciudades tuvieran playa, montaña, praderas, tierras volcánicas, el zoo de Madrid, marisco, paella, terneras espectaculares, cochinillo, el acueducto y la Sagrada Familia. Qué aburrimiento, ¿no?.

Lo mismo aplica a este asunto. Hay sitios en Australia que fabrican cerveza. Si quieres probarla, te vas a Australia, al pueblecito, al bar donde la fabrican. No la encontrarás en ningún otro sitio. Vale, quizás es demasiado extremo, pero volvemos a lo que decíamos antes: es algo 100% característico de ese lugar y muy probablemente esté hecho única y exclusivamente con productos de la zona (cosa que al final, ni tan siquiera muchas de las artesanales cumplirá).

También podríamos entrar a comentar la saturación de marcas a la que hemos llegado. Es de esperar que muchas de ellas, dada la feroz competencia favorecida por la globalización, desaparezcan. A día de hoy, hay sitios donde vas y tienen diez o quince cervezas artesanales. ¿Hay hueco (real) para tanta cerveza artesanal? Seamos sinceros, una cerveza artesanal en general es cara y para paladares aventureros. Tristemente el señor del bar y su clientela no sabrán apreciarla, eligiendo una "caña fresquita" en detrimento del producto (supuestamente) bien hecho. En el caso de una boutique, existe una posibilidad muy alta de que se elija la cerveza extranjera de importación en lugar de lo patrio (el ser humano es así de tonto).

Vas a una cervecería o a una tienda y te encuentras Socarrada, La Cibeles, Yria, Rosita, La Loca Juana, Domus, Aora, Caelia, Guineu, Carmen, Milana, Ibon, Marina, Maravillas, Popaire... ¿sigo? podría, tranquilamente, citar otras diez sin despeinarme una sola cana. En fin, demasiada variedad para un mercado objetivo que, de momento, creo que no está preparado para este tipo de cervezas. Algunas sobrevivirán, pero muchas perecerán ahogadas de aquí a un par de años. Las que sobrevivan, quizás acaben con tanta cuota de mercado que sean absorbidas por una de las grandes o simplemente, se olviden del toque artesanal y acaben siendo industriales y "una más".

Podríamos hablar también sobre la precipitación, poniendo como posible ejemplo a Santa Margarida, que se vende en todos los Carrefour, pero que todavía no parece que haya recibido una sola buena crítica y por lo que todos se preguntan si no habrá sido problema de salir rápido sin una receta estable. Dos euros el botellín de cerveza artesanal, pegándose con Rosita, Carmen, Loca Juana, las clásicas y las típicas de importación. Futuro del negocio: negro, muy negro.

En definitiva, mi previsión para el panorama cervecero artesanal no es demasiado positivo. Han salido marcas como setas y como setas, se pudrirán y desaparecerán. Quedarán las más fuertes, puede que las primeras que salieron y las que consigan un buen márketing (vale, y las que tengan un buen producto). Las demás, tendrán que elegir entre desaparecer o hacerse realmente autóctonas olvidándose de la grandeza nacional e internacional.

Buena suerte a los concursantes ;)

1 comentario:

  1. Bueno, en las cervezas artesanalas, pasa como con cualquier nuevo estilo de negocio. Y aqui en España es nuevo. Al principio se crea una burbuja. Luego algunas caen y otras permanecen. Y si nos fijamos en los modelos extranjeros, despues hay marcas que logran juntar el negocio y el reconocimiento con hacer grandes cantidades de buena cerveza: BrewDog es el ejmplo que se me ocurre para lo que un micro creador puede querer llegar a ser. Y si no, eso, siempre els quedará el barrio y vender la cerveza a los de allí.

    En mi opinión hay sitio para las dos cosas: una aceptación y reconocimiento público y hacer buenas cervezas. Claro, que esto ultimo es imprescindible, y cualquier producto malo o mediocre sólo va a sobrevivir con una gran inyección de dinero detras.

    Pero claro, es mi opinion. Un saludo y buen post, Mapache Cano

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