Cervezas: Good juju

Análisis previo:

Volvemos a la carga con la sección de cervezas. Hace tiempo, revisando la colección de latas y botellines que tenemos en la madriguera, vi una cerveza de jengibre que me trajo mi primo de Francia. Me pregunté si sería posible reencontrarme con aquella extraña cerveza (cuando la probé no conocía el jengibre, ahora soy un fan) y preguntando y buscando, me recomendaron esta que vamos a probar hoy.

Nos encontramos ante una cerveza de Left Hand Brewery, igual que la Milk Stout que ya catamos, lo que nos da buen rollo para empezar. Así pues la cogemos, la abrimos y... a ver qué sale :)

Lo primero que nos atrae es la etiqueta. Una calavera (me da miedo pensar que mi móvil con reconocimiento facial encuentre ahí una cara-calavera) un poco peculiar en rojo y verde y un montón de formas dibujadas a lo "pop". Muy interesante tanto por el arte, como por el tiempo que puedes tirarte mirándola sin ningún tipo de dolor, descubriendo cosas nuevas :)

La cata:

Volviendo a la vida real, abrimos la botella, olemos dentro y encontramos un cierto olor conocido muy agradable pero que era lo último que esperábamos. No, no huele a jengibre, huele a... ¿miel? Sí, parece ser que el olor que desprende es a algo hervido con miel, sutil, pero reconocible.

Echamos la cerveza en nuestra flamante nueva copa y vemos que no hace espuma. Nada, absolutamente nada. Un poquitito arriba blanco y "abierto", pero conseguida a base de dejar caer la cerveza desde muy arriba. No es algo fundamental, pero quizás un poco sí que se eche en falta, sobre todo para la foto.

Miramos a contraluz y vemos que tiene un bonito color ambarino, turbio y opaco al principio pero que a medida que va pasando el tiempo se convierte en totalmente transparente y rubio oscuro. Intentamos buscar las burbujas pero es misión imposible: alguna eventualmente se escapa, pero tan fina que ni se nota. Este dato es curioso, porque luego en boca sí que forma espuma. Poca, que pica y que produce sensación de frescor añadido más que suficiente.

Volvemos a oler y el toque a miel desaparece, haciendo acto de presencia el olor a malta y caramelo... y miel al final. Sí, venga, al final tiene un toque de miel de flores o algo así similar, algo oscura, pero no sabría concretar exactamente cual.

Seguimos bebiendo, y nos damos cuenta de que esta cerveza no sabe a jengibre. He cocinado muuuuuuuuchas veces con jengibre, he hecho salsas, infusiones y muchas otras cosas y esto desde luego no sabe a jengibre. Supongo que habrán echado muy poco o lo echaron demasiado pronto y se han cargado todo el sabor y el olor. Ni siquiera el toque al final picantillo o alimonado que siempre deja. Nada. Un poco decepcionante, la verdad.

Lo que también apreciamos es que la sensación alcohólica es casi nula. Estamos ante un atípico botellín de 35'5cl con 4'5% de alcohol. En conclusión, que esto se lo puede beber cualquier persona como si fuera una caña... pero de algo más de nivel. En cualquier caso, sí que deja algo de sequedad en la boca, lo cual no siempre es agradable. Esto, unido a la pegajosidad de la malta que cada vez se deja más notar, nos deja la boca como si nos acabáramos de comer mil caramelos de un tirón :)

Por supuesto, como cabía esperar, esta cerveza tiene cuerpo "light", tirando a acuoso. No es como agua, pero sin duda no es la consabida Guinness.

En definitiva, estamos ante una cerveza sin demasiadas pretensiones por mucho que la gente de la cervecera la califiquen de "frivolidad". Es una rubia interesante y diferente, sí, pero tampoco demasiado. Quizás su momento fuerte sea verano, pero desde luego en tiempos fríos no pinta demasiado. ¿Jengibre? Porque lo pone en la etiqueta. Y como último dato, esta cerveza no tiene ningún tipo de amargor notable, así que la considero bastante apta para el consumo de las masas.

¿La recomendaría? Probablemente no, dado que no me aporta absolutamente nada salvo una decepción detrás de otra. Sinceramente no sé si estaría "en malas condiciones" pero creo que, cueste lo que cueste, hay opciones iguales o mejores y más baratas. Pero oye, como siempre, cuestión de opiniones :)