viernes, 14 de septiembre de 2012

Cervezas: Burro de Sancho negra ale


Análisis previo:


Llevaba tiempo esperando encontrarme con esta cerveza en una gran superficie. Supuestamente debía haber estado siempre pero, por mala suerte o casualidad, nunca estaba. Sin embargo, esta última vez que he ido a comprar estaba allí esperándome y no desaproveché la oportunidad.

Esta cerveza, hija de Sagra, nace con la intención de acercar su producto a la gente de a pie, concretamente a la gente joven (lo supondremos a raiz de la foto de su página que, para lo que hay, mejor no tener nada porque a mí al menos no me ofrece demasiada información).

Se vende bajo la diferenciación de ser la primera cerveza artesana española filtrada. Sinceramente, no sé si es así o no, pero no sé cuál es la necesidad de filtrarla :)

También presume de usar producto 100% de la tierra, lo cual es lo mínimo que debería exigirse a las cervezas artesanales: localización y productos de la tierra. Sigo diciendo que una cerveza artesanal que está en toda España (o ya incluso fuera de la misma), pierde un poco de su esencia.

Empezamos por la botella. Dado que es la versión Negra Ale (hay rubia y roja), la etiqueta es azul claro (juas). En la parte delantera sale, además del nombre de la cerveza, un burro con gorro quijotesco y un "algo" en la boca. El tal burro, irremediablemente, me recuerda al de Shrek. ¿Coincidencia?.

En la parte lateral se nos explica un poco de qué va esta cerveza y se nos cuenta una pequeña pequeñísima historia introductoria sobre el origen de la cerveza: un homenaje a cómo el burro de Sancho deseaba convertir en cerveza toda la cebada que encontraba a su paso.

El resto de la etiqueta se dedica básicamente a contarnos lo de los productos castellanos y cómo será nuestra cata. Más o menos: negra, ligera, stout, con sabor y aromas a chocolate y café y ligero toque amargo floral.

En fin, que no nos liamos más y la atacamos...



La cata:


Abrimos la botella, olemos y, oh, igual que oler una cafetera de las antiguas con los posos del café. Vertemos y sale una espumita pequeña ligeramente amarronada (muy ligeramente) de burbuja pequeña que desaparece muy rápidamente. Negra es, desde luego, y llena de café toda la madriguera.

El aroma y sabor a chocolate podría llegar a intuirse, pero desde luego predomina completamente el toque cafetero. Es agradable en boca, no demasiado densa pero tampoco acuosa.

La burbuja, aunque presente, sólo aporta un ligero picorcillo y nada más. No estamos ante esa típica basura de cerveza que te llena la boca de espuma en cuanto la agitas.

Dejamos reposar un rato a este Burro de Sancho para que tome temperatura y observamos de nuevo la botella. 33cl de cerveza de sólo 5º de alcohol. Desde luego no se nota en boca ni en nariz, lo cual se agradece.

Mientras esperamos, notamos que la boca empieza a quedar acaramelada. No mucho, tampoco poco, algo intermedio y llevadero. En general queda rastro del café y del amargor, aunque no lo noto floral en ningún caso.

Retomamos la cerveza pasado un rato y nos llevamos la sorpresa de que ha perdido fuerza. Así como algunas cervezas mejoran con el tiempo, ésta pierde su intensidad.

Bueno, o eso es lo que quiere hacernos creer porque realmente, ha dado un giro inesperado en la trama del asunto y, como en las mejores películas, el malo es el bueno y el bueno se convierte en malo. La diferencia esta vez es que no está claro si hay un bueno y un malo, porque las dos versiones son buenas.

Venga, dinos: ¿qué es lo que ha pasado? Que gran parte de la intensidad cafetera ha desaparecido, sí, pero de repente ha hecho acto de presencia el chocolate y lo floral. ¿Qué tipo de magia negra es esta? Pues magia negra ale, a cargo de Burro de Sancho.

Después de una frase tan bien llevada y por la que debería llevarme algún premio literario, he de extraer una conclusión que nos lleve a algún sitio por el mero hecho de intentar variar mis clásicas conclusiones inconclusas.

Estamos ante una cerveza que, sinceramente, me ha sorprendido. Si no te gusta el café, mejor que ni te arrimes a ella, no sea que te contagie. Si te gusta el café, adelante, es una stout muy agradable que empieza en café y acaba en chocolate.

Que sí, venga, que después de unos cuantos fiascos ésta nos la quedamos y le damos una nota alta. No muy alta tampoco, no sea que os acostumbreis y yo me reblandezca...

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