Últimamente me ha dado por chocolatear. Con esto del frío repentino parece que apetece un montón más el tomarse una taza de chocolate caliente que en verano :P
El otro día abrí el frigorífico y me encontré una tableta de chocolate con guindilla muy interesante y se me ocurrió que lo mismo podía tirar por ahí, por un chocolate a la taza picante, pero en plan elegante... y no caliente.
Y así, a lo tonto, salió este postre - merienda... eso sí, olvidaos de dietas si pasais de esta línea :D
El material usado:
- Cazuela
- Colador
- Rallador
Los ingredientes:
- Cacao en polvo (Paladín o similar)
- Mantequilla
- Cayena
- Leche
- Extracto de vainilla
- Chocolate negro rallado
- Nata
- Azúcar
El proceso:
Pondremos en una cazuela un vaso de leche, una rebanada fina de mantequilla, un par de cucharadas soperas de cacao, media cayena y una cucharada sopera de extracto de vainilla.
Lo dejaremos tranquilamente a fuego lento para que se vaya integrando todo. Cuando ya esté integrado, lo dejaremos reposar y enfriar.
Mientras tanto enfriaremos nata y la mezclaremos con un poco de azúcar. La montaremos un poquito (no demasiado) y la reservaremos.
Antes de terminar, preparamos un poco de chocolate negro bien rallado y... a montar ;)
La finalización:
He elegido una copa de whisky porque me parecen super señoriales y elegantes. Como el chocolate debería haber quedado espeso, lo pondremos con cuidado en el fondo de la copa.
Por encima, con más cuidado aún, dejaremos caer la nata con ayuda de una cuchara.
Finalmente, espolvorearemos con el chocolate negro que habíamos rallado :)
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