¿Qué es...el arroz salvaje? (y cómo cocinarlo)

Volvemos a la carga intentando descubrir cositas nuevas a la gente.

En esta ocasión, tenemos en nuestras manos algo que me descubrió mi madre hace muchísimos años: el arroz salvaje.

Este alimento, aunque parece arroz y se le llama arroz, no es arroz. Ahora supongo que habrá gente que se esté cuestionando la existencia a raíz de este descubrimiento. En cualquier caso, mapaches, estamos ante algo completamente diferente al arroz.

Su forma es alargada, estrecha, tipo leñoso. Su color, negro. Que sí, que parece arroz negro o marrón, pero que no, no lo es. Vale, que tiene cáscara como el integral. Pero en serio, que no es arroz...

En realidad este "false friend" alimenticio es ni más ni menos que la semilla de una planta acuática de América del norte, incluyendo Canadá. Este alimento parece ser que era bastante apreciado por los indios americanos por sus propiedades, dado que tiene un poco de todo y sobre todo...fibra :)

A día de hoy, parece mentira, es más difícil de encontrar en los mercados que hace unos años. Ahora mismo, lo más corriente es encontrarlo mezclado con arroz blanco. Podría deciros que es una gran idea, pero no, no lo es. El arroz blanco se cuece rápido y el "arroz" salvaje tarda siglos. ¿Resultado? El blanco se pasa o el salvaje se queda crudo.

Una vez sabido que el arroz no es arroz, continuaremos con ¿cómo me lo como?.

Mi madre solía prepararlo en ensalada. Lo cocía, lo enfriaba y lo servía con atún, lechuga, tomate, maíz y mil cosas más. La ensalada quedaba muy rica y con un toque exótico. El tiempo de cocción es aproximadamente de unos 45 minutos, así que hay que tomárselo con calma. No es un arroz, así que tarda bastante :)

Cuando lo pruebas es cuando te das cuenta de que, definitivamente, no es arroz. El tacto es completamente diferente: medio gomoso, leñoso...no sé, una experiencia muy interesante.

El caso es que cocer esta semilla está bien. Es como comer un arroz, sin comer un arroz. Vale, genial, pero aquí nos gusta hacer las cosas diferentes.

Así pues, nosotros lo freímos. Sí, tal cual suena. Arroz salvaje, que no es arroz, frito. Con esto, conseguiremos que quede una cosa inflada y crujiente, como los cereales del desayuno, cosa que no conseguiríamos con un arroz echándolo directamente desde el envase.

La fritura no tiene mucho misterio. Simplemente ponemos bastante aceite (como para hacer frituras, vaya) y cuando esté bien caliente, dejamos caer el arroz salvaje.

Si el aceite está lo suficientemente caliente, en un momento aquello se convertirá en una orgía de cosas blancas infladas flotando. Si no está lo suficientemente caliente, es posible que no se inflen y sólo tengais un montón de granos empapados en aceite templado. Mi recomendación es que vayais echando algún granito de forma aislada para ver si se infla o no.

Cuando lo saquéis del aceite, por favor, que no se os olvide ponerlo en papel de cocina a escurrir...

Una vez escurrido, tendremos gusanitos crujientes muy ricos que podremos añadir a ensaladas, carnes, pescados, sopas...lo que queramos. Eso sí, si lo echais en algo líquido, obviamente con el paso del tiempo dejará de estar crujiente.

De paso, os adjunto un vídeo demostrativo muy divertido de cómo se hace, es de la última vez que comimos este delicioso manjar en casa.

Ah, y si quereis ver algún ejemplo de recetas con arroz salvaje:
- Arroz y no arroz con langostinos a la naranja y mermelada de cerveza
- Naan relleno de arroz blanco y salvaje con mango chutney