miércoles, 18 de abril de 2012

Cervezas: La Cibeles IPA


Análisis previo:


Hoy nos enfrentamos a una cerveza madrileña: La Cibeles. Concretamente, su versión IPA. Una cerveza que ya habíamos probado anteriormente, pero en un bar y no precisamente en las mejores condiciones para hacer una cata medio decente.

Así pues, en cuanto hemos tenido oportunidad nos hemos hecho con una unidad y nos la hemos bebido. Cabe decir que estuvimos a punto de coger otro tipo de La Cibeles, pero al final nos decantamos por la IPA porque a pesar de su "apellido", no es tan dura como otras...

Y aquí estamos, abriendo una bonita botella de 33cl de cerveza tipo indian pale ale que presume de elaborarse con agua de Madrid. Sinceramente, espero que sea un agua de mejor calidad que la que sale de mi grifo, porque si no... :P

Analizamos la botella y concretamente la etiqueta. Una doble etiqueta con forma de rombo, muy muy limpia. La cara de Cibeles, la marca de la cerveza, la variedad y el ya mencionado "elaborado con...". Por la parte de atrás nos viene por duplicado la composición de la cerveza: una un poco más prosaica que la otra, pero al final contando lo mismo: malta de cebada, lúpulo y levadura. Nada nuevo bajo el sol, supongo.

Nos fijamos un poco y vemos que es una IPA dry hopping. ¿Y esto qué es? Pues más o menos viene a ser coger el lúpulo y echarlo seco a la cerveza mientras está esperando a ser embotellada. Obviamente el proceso y la explicación es más larga y profunda que esto, pero para haceros una ligera idea, suficiente. Si alguien tiene interés en saber más, internet es muy ancha y seguro que encuentra lo que necesita :)



La cata:


Nos despegamos de la etiqueta y quitamos la chapa blanca que lleva inscrita un bonito "La Cibeles" verde. Olemos y nos llega cierta sensación herbácea. Parece ser que cuando se agrega lúpulo al final del proceso, queda más aroma y sabor a hierbas. ¿Será por eso?. Además, acompaña un cierto aroma fresco, cítrico, uva, frutal ácido en general muy apetecible.

Y no esperamos más: echamos una bonita cerveza rubia ligeramente ambarina y turbia en nuestra copa. Nos forma una estupenda espuma alta, blanca y densa, pero desaparece pronto.

Mientras se sacan las fotos, aumentan las ganas de probarla y cuando llega el momento, no decepciona. Un sabor intenso afrutado y herbáceo es lo que nos saluda. Seguimos degustando y empezamos a descubrir ese amargor característico de las IPA, pero muy sutil. Aún recuerdo mi primera experiencia con una IPA que acabó en el fregadero casi entera porque no había quién se la bebiera. La Cibeles IPA, sin embargo, es muy suave y no desagrada.

En la etiqueta pudimos leer que esta cerveza tenía una graduación alcohólica de 5'1º. Efectivamente, puedes bebértela tranquilamente y no encontrarás demasiada sensación alcohólica en ningún momento. Para que os hagais una idea, más o menos es la graduación de una cerveza normal de caña.

Seguimos haciendo que la cerveza revolotee por la boca y apreciamos un cuerpo medio. No es una cerveza densa, pero tampoco da la sensación de beber agua. No podrías alimentarte con ella, pero tampoco se va a evaporar de tu cuerpo según pase la garganta. Miramos a contraluz y empezamos a ver posos por doquier que no sé si tienen algo que ver en la sensación de densidad o no, pero, como siempre, me hace gracia ver tanta cosa flotando por el espacio. Ya lo decía la etiqueta: cerveza sin filtrar.

Aunque hemos dicho que no tiene casi alcohol, sí que es cierto que a medida que vas bebiendo se va notando una mayor sensación de sequedad en la boca. No demasiada, pero sí algo más de lo que estamos acostumbrados. Por otro lado, no hay prácticamente nada de sensación de maltosidad, caramelo, pegajosidad, café, chocolate o algo que se le parezca. Hierba y frescor, sí.

Por cierto, que se me olvidaba: el tema burbuja. Hemos podido disfrutar de esta cerveza sin ningún tipo de problema en este aspecto. Se puede uno enjuagar la boca con La Cibeles y no sufrirá desbordamiento masivo de burbujas. Poquitas, pero finas y efectivas para dar más sensación de frescor y picor aún. Burbujitas que, ya al final de la cata, podemos apreciar fugazmente subiendo en perfectas columnas.

En definitiva, una cerveza que aunque lleve el apellido IPA no debe asustar a nadie. Es una cerveza muy asequible, pero con un punto exótico. Si teneis oportunidad de probarla, hacedlo, porque no os defraudará ;)

5 comentarios:

  1. Yo, el dry hopping siempre me lo imagino como el cervecero cogiendo bolsitas tipo las que se usan para el té pero en plan sacos, llenándolas de lúpulo fresco, y echándolas en las cubas de cerveza. Como hacerte un té de lúpulo, pero a lo grande. No sé cuán parecido será el proceso real, pero pensarlo se me hace más divertido :-D.

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  2. Toma ya lo que acabo de aprender de cervezas viendo tus post, increible!

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  3. Me temo que el proceso no es "en bolsas de té", pero ciertamente es divertido pensar en el maestro cervecero haciendo té :D

    Gracias Miss Migas, nos alegramos de que algo quede ;)

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  4. Hola, el Dry Hopping se puede hacer de varias maneras. Una de ellas es introducir el lúpulo en unas bolsas de tela resistentes al proceso y otra (la más genuina) es echar directamente los conos de lúpulo en el fermentador para que la cerveza adquiera los aromas característicos del lúpulo utilizado.

    Hay incluso quien antes de beberse la cerveza la filtra en una cama de lúpulo para extraer los aromas más frescos.

    Hay muchas maneras de hacerlo, a cada cual más pintoresca.

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