jueves, 24 de noviembre de 2011

Kalimera, Valladolid

kalimera valladolid
Recientemente estuve en Valladolid celebrando el cumpleaños de mi madre. Aprovechamos el fin de semana para salir de tapeo, de cañas, de tapeo, de cañas y...de tapeo y de cañas :)

Como no sólo de tapas y cañas vive el mapache, decidimos comer en un restaurante de verdad. Esta vez tocó el Kalimera, un restaurante griego muy interesante.

Nada más entrar, la sensación es de estar entrando en un sitio fashion y al mismo tiempo hiper tradicional. Al cabo de un rato, te olvidas de lo fashion y te sientes como en un pequeño restaurante de la misma Grecia y muy probablemente ya habrás coincidido en la barra (es bar restaurante) con Nikitas, un camarero griego (oh, vaya, un griego en un griego...) muy simpático del que luego hablaremos. La decoración de la zona de bar consiste en grandes barriles blancos, color blanco y azul por todos lados, muebles envejecidos (o viejos de por sí mismos) y banderas griegas entre otros detalles como un armario bodeguilla a la vista.

Cuando pasamos al comedor vemos que es grande, amplio a la vista, luminoso, con un techo de gran altura e iluminación natural a través de cristales en el mismo. La decoración, ya totalmente rústica y tradicional. Mesas blancas de madera, sillas blancas de madera con asiento de paja (o lo que sea ese material) y una permanente combinación de azul y blanco. Muy mediterráneo, sin duda. Destaca en una pared de la sala principal (porque tiene dos) un semicírculo que sobresale. Efectivamente, allí hay lo que parece: un horno de piedra :)

Algo que caracteriza a este sitio es que los camareros (tanto en barra como en sala) son muy correctos y, en nuestro caso, nos atendió una chica joven muy simpática. La carta es suficientemente extensa como para poder elegir y lo suficientemente corta como para que no te pierdas intentando elegir, lo cual se agradece. Eso sí, dado que hay platos que no son muy españoles, toca preguntar, así que lo hacemos y nos encontramos con que la susodicha camarera nos atiende con una sonrisa en la boca. Parece una tontería, pero no os creais que es algo tan normal. Es raro, así que se agradece :)

Al final nos decidimos por cuatro platos y un postre. El típico entrante para compartir con un poco de todo, unos calamares rellenos, un salmón en costra de sésamo y una hamburguesa. Sus nombres: pikilia, calamares rellenos (tenían otro nombre, pero no viene en la factura...), bifteki gemisto, salmón en costra y ekmek (el postre). Como comprendereis, aunque ponga un poco explicado qué es cada cosa, siempre viene bien contar con alguien que te lo explique :)

La pikilia constaba de boquerones rebozados, pan de pita, queso con tomates deshidratados, unas hojas de parra rellenas, langostinos, una especie de empanada de espinacas en pasta filo, tzatziki (salsa de yogur, limón, pepino, ajo...) y una perturbadora crema de berenjena que nos sabía a bacalao ahumado :D
pikilia kalimera

El salmón en costra no engañaba: era un salmón (una ración bastante grande, al menos aparentemente) literalmente envuelto en una costra de sésamo.
salmon costra sesamo kalimera valladolid

Los calamares rellenos (mi plato) ya los había probado. ¿Por qué repetí? Sencillamente, porque son geniales. La anterior vez fue un calamar enorme, esta vez dos de tamaño más pequeño pero que compensaban. Una salsa de tomate espectacular y un relleno de ¿calamar?¿pulpo? (no sé identificar lo que es, lo siento) más espectacular aún.
calamares rellenos kalimera valladolid

La hamburguesa no dio tiempo a fotografiarla, pero puedo decir que eran dos filetones de carne, patatas gajo con piel y salsa que tenían una pinta más que apetecible.

El postre fue lo que más satisfecho me dejó. Una base de pasta kataifi, una capa de crema pastelera y finalmente otra de merengue completado con mermelada de frutos rojos. Épico se queda corto, creo que podría estar repitiendo a diario por el resto de mi vida :)
ekmek kalimera valladolid

¿Recordais que dije al principio que ya hablaríamos sobre el camarero más tarde? Bueno, pues ha llegado el momento de hacerlo :)

Nikitas (nombre en formato escrito, porque luego cuando se le nombra ha de utilizarse Nikita) es un mago aficionado, con afición a la magia :P Así pues, siempre que puede, a parte de aprender nuevos trucos, aprovecha y hace una ronda por las mesas que haya ese día y deleita a los comensales con trucos de magia con una baraja de cartas. Yo ya he sido "víctima" varias veces de sus trucos y la verdad es que siempre ameniza bastante la comida y te sorprende con un truco recién aprendido. No os espereis al típico que molesta, que agobia y que no te deja comer, más bien todo lo contrario.

Y ya, poco más quedaba, salvo un chupito invitación de la casa y la cuenta. El total para todo lo que pedimos (incluyendo agua, pan y un café) fue de 55 euros que dividido entre tres personas es un gasto medio de unos 18 euros. ¿Caro? No, la verdad que no, sobre todo teniendo en cuenta que las raciones son bastante generosas, que no te irás con hambre y que el ambiente es tranquilo y muy agradable. ¿Repetiría? Sí, de hecho esta visita es repetición para comer y una más a la barra del bar.

Por cierto, que al margen del restaurante, tiene una barra con unos pinchos y tapas de un tamaño que con dos podrías comer tranquilamente. Por si no fuera suficiente, sabor delicioso, combinaciones muy acertadas y todo ello salido de una cocina dirigida por dos griegos, uno de los cuales lleva dos estrellas Michelín a sus espaldas.

¿Qué más se puede pedir? Pues una foto con una visión global del local, para que os hagais una idea:

5 comentarios:

  1. Doy fe de todo lo anteriormente escrito :)))))))))

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  2. ooh! No lo conocía! Menuda pintaca!
    La próxima vez que vaya a mis padres, les voy a tener que llevar
    :D

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  3. Ya nos contareis vuestra experiencia :)

    pd: esperamos que la confianza depositada haya merecido la pena :)

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  4. hay que probar tiene buena pinta el Restaurante

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