martes, 27 de diciembre de 2011

Maridaje de cervezas de navidad en Schoppen

El pasado día 13 de diciembre nos volvimos a reunir con cervezas Yria en Schoppen. Esta vez era especial: cena de navidad :)

Dadas las fechas y el tipo de evento que era elegimos un menú muy clásico, con algún que otro toque muy especial para acompañar a cuatro cervezas especiales de navidad. Cuatro oficialmente hablando porque, cortesía de la casa (casa Schoppen, no casa mapache) se sirvió una quinta variedad de barrilete a modo de bienvenida.

pastel pescado salmon merluza surimi
Nuestro primer plato fue un pastel de merluza, salmón y surimi con una salsa-crema de verduras que le iba bastante bien al pastel. Como ya está explicada en otro post, no haremos hincapié en ella. Este plato fue la compañía elegida para una Wieninger Weihnachtsbier, cerveza alemana de tipo lager, dorada, ligeramente amarga con toques de lúpulo y aromas frutales.

El segundo plato consistió en una clásica ensalada de navidad. ¿Clásica? Sí, si tenemos en cuenta los ingredientes. No, si tenemos en cuenta su elaboración y modo de consumo.

En La cocina del mapache feliz nos encanta ser como niños. Siempre ponemos ilusión, curiosidad y alegría en todo lo que hacemos y nos encanta jugar y divertirnos con los platos. Y eso último precisamente es lo que definía esta pequeña ensalada de navidad.

Una pequeña manía que tengo de siempre es picar muy fino la lechuga. ¿Por qué? Porque odio que me pongan hojas gigantes imposibles de manejar que luego no caben en la boca y que con una sola hoja te han hecho la ensalada entera. Además, son muy difíciles de comer y siempre acabas salpicándote aceite y vinagre. ¿Y qué hicimos? Algo muy simple: hacer puré :)

La ensalada constaba de elementos muy muy simples y muy muy clásicos: endibias, escarola, granada, caviar negro, tomate cherry, ralladura de zanahoria, aceite y vinagre. Ni más, ni menos. La presentación ya la veis: espolvoreado de ingredientes, hojas de endibia a modo de cuchara y en el medio un puré de endibia y escarola. Y la idea, rescatar a ese pequeño niño que tenemos todos dentro y comer con las manos olvidándonos de los cubiertos :)

¿Y a qué cerveza acompañó este plato? A una Delirium Noel, cerveza belga de tonos rojizos, sabor mezcla de ácido y dulce, densa, con cuerpo...y de bastante graduación.

El tercer plato, el que parece haberse convertido en la especialidad de la casa: un estofado, esta vez de pavo. Podría decir que la receta es sencilla (que lo es), pero creo que se calificaría mejor como "larga en la elaboración", ya que la receta completa es posible que me llevara más de seis horas. Dos cocciones muy largas (algo más de un par de horas) de champiñones, zanahorias, cebollas francesas, diferentes salsas y caldos (worcestershire, soja, vino, mostaza, ketchup, vodka, ron dulce), diferentes especias (sal ahumada, comino, pimientas negra y blanca) y un par de pastillas de chocolate negro al 80% (añadiendo poco a poco todos los ingredientes). Posteriormente, una recocción junto con el pavo (40 minutos).

Y esa parte, lista. Luego sólo faltaría para rematar el plato un puré de manzana-patata, cuya receta es tan simple como cocción de la patata, puré de la manzana, puré a mano de la patata (queríamos darle un toque más "hogareño") y mezcla con nuez moscada para la patata y canela para la manzana. La receta se completa con unas cuantas castañas en crudo ralladas por encima de todo ello.

La cerveza elegida para acompañar al plato (¿o es el plato el que acompaña a la cerveza? nunca lo sabremos...) fue una Gordon Xmas, una belga malteada y lupulosa de esas que gustan en La cocina del mapache feliz.

El postre no podía ser otro que unos hombrecillos de jengibre. En esta ocasión prescindimos de la clásica ornamentación de colorines y decidimos jugar con ellos y hacerlos partícipes de una metáfora vital como ya hicimos con nuestro sueño de un pequeño astronauta: un muñequito desnudo y dos muñequitos con una camiseta de rayas blancas y negras (lo sé, hay que mejorar las técnicas) que representan al mapache aprendiz en su primera etapa perdido en el mundo y a los dos mapaches aprendices en plena etapa de metamorfosis. Simple, fácil y real como la vida misma. Por hacer la tontería, dado que era martes y 13, añadimos unos gatitos de regaliz al conjunto :)

Para finalizar la cata y cena, se eligió una Samichlaus. Cerveza potente, de altísima graduación, densa, de sabor y olor muy intensos y que hace que pienses que te estás tomando una copita de un buen licor. Altamente recomendable.

Y esto es todo lo que dio de sí el menú de navidad maridado con cervezas típicas de esta época. Podríamos contar lo bien que se lo pasó la gente o lo vacíos que quedaron los platos, pero preferimos que esto lo descubrais vosotros mismos en persona en futuras catas, cenas y maridajes.

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