viernes, 22 de abril de 2011

Inspiraciones: Oceanoquetas


Hace un tiempecito, vi un vídeo del restaurante Etxanobe en el que Fernando Canales invitaba a Bob Esponja a hacer unas cangreburguers. La verdad es que la receta era supersencilla, supongo que porque la idea es que los niños puedan participar y comer algo realmente sano.

Yo, que soy un curioso culinario, pensé que era una buena receta para empezar a hacer hamburguesas que no fueran de carne. Anoche, decidí que una buena manera de homenajear la cangreburger era darle una pequeña vuelta, añadirle alguna cosilla y convertirlo en un plato de estos que tanto me gustan.

Y ahí que me he ido a la cocina, a hacer las Oceanoquetas. ¿Y de qué van las oceanoquetas? Pues básicamente es una cangreburger convertida en una falsa croqueta con ingredientes extra como pueden ser un concentrado de langostino, el alga wakame (descubrimiento del año, sin duda), soja, gambas y sustituir la merluza por panga.

Así pues, procedamos a los detalles...



El material usado:


- Un cuchillo
- Variados recipientes para mezclas y reservas
- Batidora y su vaso
- Sartén
- Cazuela
- Colador
- Freidora



Los ingredientes:


- Huevo
- Harina
- Pan rallado
- Soja
- Cáscaras de langostino (¿recordais que dije que las acabaríamos usando? pues ha llegado el momento...)
- Moscatel
- Gambas
- Panga
- Palitos de cangrejo
- Alga wakame
- Pan de molde



El proceso:


Lo primero que haremos será echar en la cazuela las cáscaras de los langostinos banana que tan previsoramente hemos ido guardando en el congelador a través de las recetas que hemos ido haciendo.

Eso, o poner a remojo las algas. En cualquier caso, la reducción de langostinos tardará más, así que el orden es indiferente.

En esa cazuela podríamos hacer un concentrado de verduras y cáscaras con vino blanco, pero hoy vamos a hacerlo sólo de las cáscaras y de moscatel. Antes de añadirle el vino a las cáscaras, le añadiremos aceite y las freiremos un ratito. Es importante espachurrar concienzudamente las cabezas para que expulsen todo su juguito :)

Una vez mareadas ligeramente las cáscaras, procederemos a echar el moscatel. Tampoco mucho, tampoco poco. Una cantidad razonable, porque la idea es que eso evapore, reduzca y quede poco caldito para poder incorporarlo a la masa.

Mientras tanto, podemos ir troceando el pescado, los palitos de cangrejo, las algas y las gambas. Las gambas y el pescado son los ganadores de un viaje a través de la sartén para cocinarse. El cangrejo y las algas las dejaremos reservadas tranquilamente, que "al natural" están suficientemente ricos y son comestibles :)

Una vez cocinados el pescado y las gambas, las echaremos en el vaso de la batidora. Ahí mismo irá la reducción (previamente colada) de las cáscaras de langostino, el cangrejo y las algas que ya deberíamos tener suficientemente troceados. También aprovechando, echaremos la salsa de soja, que siempre le viene fenomenal al pescado y a las cosas con sabor a mar en general.

Ahora el siguiente paso es...sí, batir y batir hasta que quede una masa homogénea entre verduzca y marronácea, o negruzca, o gris con cachos verdes. No os asusteis, es el ciclo de la vida y el color dependerá de las cantidades que echeis de cada cosa, ni más ni menos.

Es el momento de echar en un recipiente huevo y pan de molde hipertroceado (desmigado, en definitiva). Ahí irá la mezcla que acabamos de preparar directamente desde el vaso de la batidora.
Removemos, homogeneizamos y con harina completamos para que la masa sea una masa de verdad y quede manejable.

Dejamos reposar tranquilamente, y cuando veamos que podemos interactuar con ella, procedemos al siguiente y último paso.

Este paso consiste en hacer bolas, pasarlas por harina, luego por huevo y finalmente por pan rallado. De ahí, directamente a una freidora o sartén con muuuuuucho aceite y bien calentito :)



La finalización:


La verdad es que para este plato no se me ocurría demasiada presentación dado que son bolas, así que básicamente he creado una pirámide con ellas y lo he acompañado de unas hojitas de rúcula y canónigo :D

Obviamente podríamos haber optado por poner una salsa típica de sushi para mojar en ella las croquetas. Eso ya queda a vuestra elección...



Consejos y apuntes finales del chef:


Dado que no tenía pan rallado, he optado por una solucion un tanto peculiar: rallar pan tostado integral del que venden en tostadas cuadradas y que seguro que habeis visto comer a vuestros abuelos más de una vez. Es un toque diferente, así que os recomiendo que lo probeis :)

Espero que os haya gustado esta versión y ya aprovechando, mando un saludo a Bob Esponja y a la gente del Etxanobe, para que sigan compartiendo recetas con todos ;)

1 comentario:

  1. Muy originales y seguro que muy ricas, me quedo con tu idea y la modificaré a nuestra dieta seguro.

    Saludos!!

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