martes, 11 de junio de 2013

Recetas épicas: Solomillo cítrico con salsa de Madeira


Hoy reconozco que me quería dar un lujo. Las verduras están muy bien, pero un buen filetaco de vez en cuando es la gloria.

Fui a la carnicería del mercado con el objetivo de llevarme unos solomillos. Y eso hice: llevarme dos filetes de solomillo de ternera.

Tenía unos limones en el frigorífico y pensé "¿por qué no profanar estos solomillos?". Algún purista lo mismo está ahogándose en su propia bilis, pero me es indiferente: quería un solomillo al limón. Y especiado, muy especiado. Y con vino de tipo Madeira. Ale, :P



El material usado:


- Exprimidor
- Plato llano
- Sartén



Los ingredientes:


- Solomillo de ternera
- Limón
- Especias juguetonas (pimienta, guindilla, cayena, jengibre...)
- Vino de Madeira
- Salsa Worcestershire o salsa de soja
- Harina



El proceso:


Lo primero que haremos será exprimir un limón. Echaremos el zumo sin colar en un plato llano y depositaremos los filetes de solomillo encima, sin ningún pudor. Lo taparemos con plástico film, lo meteremos a la nevera y lo dejaremos unas 3 horas.

El limón irá ablandando y cocinando la carne, así que lo ideal es que sólo cubra como máximo la mitad. De esta manera, tendremos una mitad con un sabor salvaje a limón y ya cocinada y sólo tendremos que ocuparnos de torrar la otra mitad :)

Cuando haya pasado el tiempo pertinente, secaremos los filetes y los pasaremos por harina dejando una finísima capa.

Pondremos la sartén a tope hasta que humee y echaremos un par de gotas de aceite. Tiraremos los filetes con mucho cuidado y los dejaremos que se torren primero por un lado y luego por el otro. Recordad que por un lado necesitará menos tiempo que por el otro porque ya está cocinado...

Entre medias, en algún momento, echaremos las especias. Yo, como hago habitualmente, he usado un par de mezclas ligeramente picantes. Pimienta, guindilla, jengibre, alcaravea, sésamo, comino... en fín, un poco de exotismo y jugueteo :)

Para finalizar, toca hacer la salsita. Aprovechando los restos de los solomillos, echaremos agua, un poco de Madeira y otro poco de Worcestershire. Con esto haremos una salsa "de carne" muy rica. Reduciremos y cuando veamos que ha reducido suficiente y el alcohol está evaporado, echaremos una mezcla de harina y agua fría para espesar al gusto.



La finalización:


Si somos capaces de soportar la tentación, cortaremos en lonchas el solomillo y dejaremos que escurra su propio jugo por encima de la salsa que le hemos hecho.

En caso contrario, simplemente cortar, comer, disfrutar, vivir :)


Por cierto, la salsa se chupa, relame o pringa con pan, pero NO se deja en el plato ni una gota :)




Consejos y apuntes finales del chef:


La receta está muy bien así paso por paso, pero creo que ésta que os voy a dejar es la mejor manera de disfrutarla y entenderla:

He extirpado zumo de un limón con precisión de carnicero barato y lo he volcado en un plato.

He procedido a depositar los dos filetes en el plato y dejar que marinen y se vayan cocinando lentamente, aproximadamente en un tercio de su altura, durante horas.

Los he pasado por harina ligeramente y posteriormente por una plancha caliente como el infierno.

Para finalizar, he echado especias variadas y una salsa ligera de Madeira por encima salvajemente, como si ésta fuera la última cena, como si no hubiera mañana.

Y sí, lo he disfrutado y me he regodeado en un solomillo tierno, semihecho, alimonado, especiado, picante, juguetón, pérfido, pervertido, pecaminoso, casi pornográfico... simplemente libre.

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