miércoles, 11 de julio de 2012

Recetas: Lechuga encurtida al estilo de Beijing


Estos días me ha dado por repasarme los libros de comida asiática que tengo por la casa. En uno de ellos, había una cosa que me llamó especialmente la atención: col encurtida al estilo de Beijing.

Eché un vistazo y vi que era una receta muy sencilla, versátil y cuya única pega es que se tarda mucho en hacer. Lo bueno es que ese tiempo no es necesario estar delante controlado, sino que puedes estar haciendo cualquier otra cosa. El proceso como tal que requiera tu atención, mínimo ;)

La receta original usa col y vinagre de arroz, pero como no tenía ninguna de las dos cosas he usado lechuga y vinagre de manzana que al final para el caso, sirve igualmente.

Por cierto, que esta receta aguanta en frío durante dos semanas y sirve para acompañar cualquier tipo de plato. Interesante, ¿no?



El material usado:


- Recipiente
- Sartén



Los ingredientes:


- Lechuga iceberg (de las redonditas apretadas)
- Jengibre (La raiz, no el polvo)
- Pimienta de Sechuan
- Vinagre de manzana
- Sal
- Aceite de sésamo
- Aceite de cacahuete
- Azúcar
- Chiles rojos secos



El proceso:


El primer hito es cortar la lechuga. La descorazonaremos y partiremos en cuatro partes. Yo sólo he usado la mitad de la lechuga, pero cada cual puede usar lo que le plazca :) Cortadla en juliana (tiras) muy muy muy muy muy finas y ponedlo en el recipiente. Espolvoread media cucharada (sopera) de sal y removed bien. La proporción exacta es de 900 gramos de lechuga/col por cada dos cucharadas de sal.

Cuando hayan pasado entre dos y tres horas, volveremos para continuar con el proceso. Escurriremos la lechuga pero la dejaremos ligeramente húmeda. La pondremos en otro recipiente y pondremos en el medio un cacho de jengibre de un centímetro de ancho.


Para los que nunca habeis usado jengibre fresco, os diré que es una raiz muy interesante y beneficiosa para la salud con un marcado toque cítrico. Cuando se compra en formato raiz hay que pelarlo con un cuchillo (la parte gris externa) y quedarse con la amarilla. Normalmente esa parte amarilla se ralla o se filetea para hacer desde infusiones y salsas hasta acompañamientos más complejos como un encurtido para el sushi.

Para esta receta utilizaremos el jengibre cortado en juliana muy fina. Pondremos un montoncito en el centro de la lechuga y espolvorearemos la lechuga con unas dos cucharadas soperas bien colmadas de azúcar intentando, reitero, que sólo caiga en la lechuga.

Ya sólo nos queda un paso y la espera final. Pondremos a calentar en un cazo, sartén o similar una cucharada sopera de aceite de sésamo y otra de cacahuete (o dos de sésamo si es el que tenemos) hasta que humee. Cuando esto ocurra, retiraremos del fuego, pondremos un chile picado y sin pepitas (muy importante esto) y unos pocos granos de pimienta de Sichuan (que no se comerán).

Dejaremos reposar un momento y echaremos la mezcla primero sobre el jengibre y luego sobre la lechuga. Esto conseguirá hacer ligeramente el jengibre y caramelizar el azúcar de la lechuga :)


Ya sólo queda echar el vinagre de arroz o de manzana, un par de cucharadas soperas más o menos, y dejar reposar la mezcla (remuévelo todo, corre) durante otro par de horas o tres. Y por si acaso te lo estás preguntando, sí, puedes dejarlo a temperatura ambiente.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pues es un acompañamiento muy rico y fresquito para cualquier cosa. ¡¡ Eso sí, controla el vinagre o no habrá quién se lo tome !!

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