lunes, 5 de marzo de 2012

Recetas tradicionales: Timbal hojaldrado de morcilla a lo clásico


Si hay un clásico entre los clásicos a la hora de preparar la morcilla es, sin duda, morcilla con patatas y/o pimientos rojos. En ocasiones a nosotros nos da por las recetas tradicionales y esta es una de esas ocasiones, aunque hemos pensado en darle un toquecito personal.

Hoy nos encontramos ante una receta tradicional, rica, fácil y más o menos barata. Sin complicaciones, sin tener que comprar cosas rebuscadas. Una receta que te hará quedar muy bien, sin salirte de los sabores más básicos y arraigados. Hoy, con todos ustedes, un timbal hojaldrado de morcilla... con muchas cositas ricas.



El material usado:


- Horno
- Sartén alta o wok (o cazuela en su defecto)
- Aros emplatadores
- Batidora y su vaso
- Algún que otro recipiente



Los ingredientes:


- Morcilla de Embutidos Cuevas
- Chorizo
- Hojaldre
- Patata
- Hierbas provenzales
- Queso de untar
- Pimientos del piquillo



El proceso:


Si hay una cosa que no nos gusta en la cocina es eso de tener que estar lavando en cada paso que damos. Por eso, hoy vamos con una receta en la que hemos intentado limpiar lo menos posible. De hecho, sólo hemos limpiado al final, cuando hemos terminado todo. Y no, no nos hemos encontrado con una pila enorme de cosas por lavar... hemos reutilizado hasta el final. ¿Por qué? Porque hemos querido que el sabor se fuera propagando de inicio a final, para no desaprovechar absolutamente nada.

Lo primero que hay que hacer es sacar el hojaldre. Normalmente con una hora más o menos debería de valer. Mientras se va descongelando, atemperando y ese tipo de cositas que ha de hacer, vamos a ir preparando los mejunges.

Nosotros hemos empezado por el chorizo. Cortado en daditos lo hemos echado a un wok a fuego medio y lo hemos dejado relajarse tranquilamente. Cuando ha empezado a echar su propio aceite y ya ha empezado a ponerse crujiente y doradito, hemos echado la morcilla lo más desmenuzada que hemos podido. Le damos unas vueltas al conjunto, ni muchas ni pocas, y lo sacamos a un recipiente para que descanse un rato.

En ese mismo wok, sin limpiar para aprovechar lo que quede del chorizo y la morcilla, hemos echado las patatas cortadas en trozos pequeños, un poco de sal y unas hierbas provenzales. Como consejo, si no teneis demasiado tiempo, podeis rallar (literalmente) la patata y se os hará en muchísimo menos que si lo poneis en dados :)

De momento, como veis, no hemos limpiado nada y así seguiremos. Mientras se hacen las patatas, cogemos los pimientos y los llevamos a la batidora. Batimos bien con un poquito de aceite, sacamos del vaso a un recipiente y no nos preocupamos porque queden restos de pimiento en el vaso. Lo utilizaremos más adelante :)

Cuando las patatas hayan salido del jacuzzi, vamos a echar un poco de queso de untar en el vaso de la batidora. Es importante que las patatas vayan lo más secas posible. Nosotros hemos optado por dejar que se acabara casi todo el líquido, para lo cual previamente hemos tenido que echar poquito a la hora de cocer :)

Volviendo a la batidora, batiremos bien las patatas, el queso de untar y los restos de pimiento que quedaran de antes. Sabor no le va a dar demasiado, pero quizás consigamos una tonalidad algo más anaranjada en la patata. Por cierto, aquí no se cuela nada, así que la patata quedará llena de puntitos verdes de las hierbas, para tener un toque más rústico.

Ya sólo nos queda preparar el hojaldre. Aquí entran en juego los aros emplatadores. Hemos extendido la masa, hemos cogido el más grande que teníamos y hemos cortado dos círculos. El resto del hojaldre o lo reservais para otro momento (tampoco dejeis pasar mucho tiempo o se os estropeará) o simplemente lo cortais en tiras o cachos aleatorios y lo meteis al horno aprovechando.

En uno de los dos círculos, haremos un segundo círculo con el aro más pequeño que tengais para dejarlo como si fuera una rosquilla. No es necesario que sea concéntrico o simétrico. Nosotros hemos optado por dejarlo "a un lado" para hacerlo más bonito. Ya sólo nos queda precalentar el horno y meter las dos piezas al horno: el círculo grande y la "rosquilla".

Cuando haya pasado el tiempo estipulado por el paquete del hojaldre (para nosotros 200º durante 20 minutos), lo sacaremos del horno con cuidado de no quemarnos. Dejaremos que se enfríe y veremos que como hemos dejado al hojaldre crecer como le ha dado la gana, tenemos la base (el círculo completo) abombado y deforme. Nos os preocupeis, con un cuchillo quitaremos la parte superior, dejándolo como si fuera un... efectivamente, un volován :)



La finalización:


Nuestro montaje ha sido bastante sencillo. De hecho, incluye una sorpresa para el comensal :)

Primeramente, rellenaremos el plato con un charco de salsa de pimiento y luego alrededor puré de patata (o al revés, si lo preferís). Pondremos la base (el círculo al que hemos cortado la capa superior) encima y comenzaremos con el montaje.

Y precisamente, por la base, empezaremos. Con un poco de suerte, al quitarle la tapa abombada habrá quedado hueco el interior. Si no es así, aplastaremos un poco con una cuchara para hacerlo artificialmente y luego iremos echando puré de patata. Este puré quedará oculto, y le dará una jugosidad increíble al hojaldre.

Una vez rellenada esa base, pondremos la tapa-rosquilla encima y empezaremos a rellenar con morcilla y pimiento el agujero, intentando que sobresalga sin que llegue a caerse fuera.

Finalmente, con el dedo (parte divertida, ¡¡ bien !!) pringaremos el hojaldre con la salsa de pimiento.

Y no queda más, sólo llevarlo a la mesa y disfrutarlo tranquilamente. El tiempo medio de ejecución es, tomándoselo con muchísima calma y sin compaginar tareas, de una hora aproximadamente.

1 comentario: